L D (EFE) Clementina Cantoni, de 32 años y colaboradora de la organización humanitaria "Care" en un proyecto de ayuda a viudas de Kabul, se encontraba en poder de un grupo de delincuentes comunes, dirigido por el ex policía Tamir Shah, con el que en las última semanas se han mantenido diversos contactos.
Desde Italia se señala que Cantoni ha sido puesta en libertad tras la "entrega" a los secuestradores de la madre del ex policía Shah, acusada de complicidad en la muerte del hijo de un empresario afgano que previamente había sido secuestrado. Las autoridades afganas sostienen, en cambio, que no ha habido concesiones ni pago de rescate y que la liberación de la cooperante ha sido sólo fruto "de un duro trabajo de la Policía y de la nación", según dijo en conferencia de prensa en Kabul el ministro del Interior, Ali Ahmad Jalali.
La noticia del fin del secuestro fue recibida con alivio y satisfacción en Italia, donde en los últimos tiempos se han repetido con cierta asiduidad este tipo de casos en Irak. El caso más reciente es el de la periodista Giuliana Sgrena, durante cuyo traslado al aeropuerto de Bagdad murió el miembro de los servicios secretos Nicola Calipari, tiroteado por soldados norteamericanos.
A las muestras de alegría se sumaron el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y el presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, que había hecho numerosos llamamientos en favor de la liberación de la cooperante y solicitado la ayuda al antiguo rey de Afganistán, Mohamed Zahir Sha, exiliado durante años en Italia. El padre de la joven expresó su júbilo desde el balcón de su casa de Milán, al que salió con un teléfono en la mano y dijo a los allí congregados: "Clementina os saluda y me dice que os diga que está bien, no ha perdido el humor".
El secuestro de la cooperante se vio salpicado de incertidumbre y diversos ultimátum que sus captores utilizaron para crear confusión e incertidumbre, como suele ocurrir en estos casos. La única imagen durante su cautiverio fue difundida el pasado 29 de mayo por una cadena de televisión afgana, que la mostró respondiendo a las preguntas de dos hombres, que le apuntaban a las sienes con sendos fusiles.
Desde Italia se señala que Cantoni ha sido puesta en libertad tras la "entrega" a los secuestradores de la madre del ex policía Shah, acusada de complicidad en la muerte del hijo de un empresario afgano que previamente había sido secuestrado. Las autoridades afganas sostienen, en cambio, que no ha habido concesiones ni pago de rescate y que la liberación de la cooperante ha sido sólo fruto "de un duro trabajo de la Policía y de la nación", según dijo en conferencia de prensa en Kabul el ministro del Interior, Ali Ahmad Jalali.
La noticia del fin del secuestro fue recibida con alivio y satisfacción en Italia, donde en los últimos tiempos se han repetido con cierta asiduidad este tipo de casos en Irak. El caso más reciente es el de la periodista Giuliana Sgrena, durante cuyo traslado al aeropuerto de Bagdad murió el miembro de los servicios secretos Nicola Calipari, tiroteado por soldados norteamericanos.
A las muestras de alegría se sumaron el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y el presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, que había hecho numerosos llamamientos en favor de la liberación de la cooperante y solicitado la ayuda al antiguo rey de Afganistán, Mohamed Zahir Sha, exiliado durante años en Italia. El padre de la joven expresó su júbilo desde el balcón de su casa de Milán, al que salió con un teléfono en la mano y dijo a los allí congregados: "Clementina os saluda y me dice que os diga que está bien, no ha perdido el humor".
El secuestro de la cooperante se vio salpicado de incertidumbre y diversos ultimátum que sus captores utilizaron para crear confusión e incertidumbre, como suele ocurrir en estos casos. La única imagen durante su cautiverio fue difundida el pasado 29 de mayo por una cadena de televisión afgana, que la mostró respondiendo a las preguntas de dos hombres, que le apuntaban a las sienes con sendos fusiles.