L D (EFE) Chile ha probado en sus carnes el mismo correctivo que el pasado sábado aplicó a Honduras, pues si entonces marcó siete tantos al conjunto centroamericano, ahora ha recibido los mismos tantos del conjunto español. El equipo sudamericano volvió a exhibir pronto, como hiciera ante Honduras, su velocidad y calidad de medio campo hacia adelante por mediación de José Fuenzalida, Ricardo Parada y Matías Fernández, aunque tras la estampida inicial de los cinco primeros minutos su juego se calmó.
Estaba preocupado en la previa el seleccionador chileno, José Sulantay, con la envergadura y peligrosidad de Fernando Llorente y, tras un aviso de Juanfran Torres, el delantero del Athletic pronto justificó esos temores al abrir el marcador a los ocho minutos al rematar de cabeza un buen servicio de Gavilán. Tras el gol, Chile entró en unos minutos de incertidumbre con una España que merodeaba su área, aunque paulatinamente el juego se equilibró y ambas formaciones empezaron a disfrutar de sus ocasiones de gol. En una de esas, y tras gozar Llorente de la oportunidad de hacer el segundo gol de España, Chile casi empata el choque al no atajar el balón Biel Ribas tras un disparo lejano, aunque el posterior disparo de Iván Vasquez salió muy alto.
Superado el ecuador del primer período, la selección chilena, acuciada por el marcador en contra, se hizo con el mando del choque y empezó a asediar la meta del conjunto español, que mostraba carente de ideas y demasiado metido en su campo. En esta situación, Cesc Fábregas sacó de cabeza y bajo palos un balón que ya se colaba en la meta española tras un remate de cabeza del central Sebastián Montesinos a tres minutos del descanso. Aún hubo tiempo para que los chilenos perdiesen por expulsión a Gonzalo Jara por doble tarjeta amarilla.
Pese a su inferioridad numérica, Chile no se amilanó y volvió a protagonizar una fuerte salida en el segundo tiempo, pero de nuevo se repetía la historia. Una falta sacada por Cesc era rematada de cabeza por Robusté a los seis minutos de reanudarse el choque. Salvo algún pequeño susto, España ya manejó el partido a su antojo. Llegaba con facilidad al área del equipo sudamericano y sólo faltaba dar una puntilla. Ésta llegó en un jugadón de Gavilán, quien tras sortear por la banda izquierda a todo aquel que salió a su encuentro, dio un pase de la muerte que Llorente no desaprovechó. Repetían los dos protagonistas del gol que abrió el marcador.
La superioridad de España aumentaba conforme pasaban los minutos. Pero la avalancha estaba por llegar. Con futbolistas más hechos y con un jugador más en el campo, el equipo de Iñaki Sáez empezó a apabullar a un rival que pagó el esfuerzo físico. Y llegaron el cuarto, quinto, sexto y séptimo gol de los españoles. Llorente, en dos ocasiones, y Silva, en otras dos, martirizaron a Chile, a la que el partido se convirtió en un auténtico martirio que se le hizo interminable.
Estaba preocupado en la previa el seleccionador chileno, José Sulantay, con la envergadura y peligrosidad de Fernando Llorente y, tras un aviso de Juanfran Torres, el delantero del Athletic pronto justificó esos temores al abrir el marcador a los ocho minutos al rematar de cabeza un buen servicio de Gavilán. Tras el gol, Chile entró en unos minutos de incertidumbre con una España que merodeaba su área, aunque paulatinamente el juego se equilibró y ambas formaciones empezaron a disfrutar de sus ocasiones de gol. En una de esas, y tras gozar Llorente de la oportunidad de hacer el segundo gol de España, Chile casi empata el choque al no atajar el balón Biel Ribas tras un disparo lejano, aunque el posterior disparo de Iván Vasquez salió muy alto.
Superado el ecuador del primer período, la selección chilena, acuciada por el marcador en contra, se hizo con el mando del choque y empezó a asediar la meta del conjunto español, que mostraba carente de ideas y demasiado metido en su campo. En esta situación, Cesc Fábregas sacó de cabeza y bajo palos un balón que ya se colaba en la meta española tras un remate de cabeza del central Sebastián Montesinos a tres minutos del descanso. Aún hubo tiempo para que los chilenos perdiesen por expulsión a Gonzalo Jara por doble tarjeta amarilla.
Pese a su inferioridad numérica, Chile no se amilanó y volvió a protagonizar una fuerte salida en el segundo tiempo, pero de nuevo se repetía la historia. Una falta sacada por Cesc era rematada de cabeza por Robusté a los seis minutos de reanudarse el choque. Salvo algún pequeño susto, España ya manejó el partido a su antojo. Llegaba con facilidad al área del equipo sudamericano y sólo faltaba dar una puntilla. Ésta llegó en un jugadón de Gavilán, quien tras sortear por la banda izquierda a todo aquel que salió a su encuentro, dio un pase de la muerte que Llorente no desaprovechó. Repetían los dos protagonistas del gol que abrió el marcador.
La superioridad de España aumentaba conforme pasaban los minutos. Pero la avalancha estaba por llegar. Con futbolistas más hechos y con un jugador más en el campo, el equipo de Iñaki Sáez empezó a apabullar a un rival que pagó el esfuerzo físico. Y llegaron el cuarto, quinto, sexto y séptimo gol de los españoles. Llorente, en dos ocasiones, y Silva, en otras dos, martirizaron a Chile, a la que el partido se convirtió en un auténtico martirio que se le hizo interminable.
Ficha técnica del partido
España, 7: Biel Ribas; Chica, Alexis, Robusté, Garrido (José Enrique, m.40); Raúl Albiol (Markel, m.46), Zapater, Juanfran (Silva, m.66), Cesc; Gavilán y Llorente
Goles: 0-1, m.8: Llorente; 0-2, m.51: Robusté; 0-3, m.62: Llorente; 0-4, m.71: Silva; 0-5, m.78: Llorente; 0-6, m.81: Llorente; 0-7, m.85: Silva
Árbitro: Benito Archundia (México). Mostró tarjeta amarilla al chileno Riquelme y a los españoles Albiol y Cesc. Expulsó al chileno Jara (m.44) por doble amonestación
Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada del grupo C del Mundial sub’20 disputado en el estadio De Vijverberg ante cerca de 4.000 aficionados, con mayoritaria presencia de seguidores chilenos, procedentes de distintas zonas de Holanda y Alemania