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Zapatero pretende ahora acercarse a Blair ante la presidencia británica de la UE en el próximo semestre

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, afronta el próximo semestre europeo, que estará bajo la presidencia del primer ministro británico, Tony Blair, con ánimo de acercarse a Reino Unido. Aunque Zapatero sigue convencido de que Francia y Alemania son el "corazón" de Europa, ahora pretende mejorar las gélidas relaciones con Blair porque dirigirá la UE con "indudable fuerza" según señalan fuentes diplomáticas y gubernamentales.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, afronta el próximo semestre europeo, que estará bajo la presidencia del primer ministro británico, Tony Blair, con ánimo de acercarse a Reino Unido. Aunque Zapatero sigue convencido de que Francia y Alemania son el "corazón" de Europa, ahora pretende mejorar las gélidas relaciones con Blair porque dirigirá la UE con "indudable fuerza" según señalan fuentes diplomáticas y gubernamentales.
L D (Europa Press) El Gobierno español mantiene su posición de que Francia y Alemania han sido y son el "corazón" de Europa tan nombrado por Zapatero, y también la locomotora de la integración de la UE, pero está dispuesto a "dejarse querer" por otros socios, y sobre todo por quien, a partir del 1 de julio, dirigirá la UE con "indudable fuerza", señala una fuente diplomática.
 
Así las cosas, el Ejecutivo se plantea la próxima reunión entre Zapatero y Blair –prevista el 27 de julio en Londres– como una cita de "la mayor importancia" para preparar la presidencia británica de la UE. Sin embargo, otras fuentes diplomáticas apuntan a mantener cierta cautela, al menos hasta que Blair presente mañana, en el pleno del Parlamento Europeo, sus planes detallados para el próximo semestre.
 
Tras el fracaso del Consejo Europeo de la semana pasada –que no logró acordar el presupuesto europeo 2007-2013 y dio vía libre para posponer sine die la entrada en vigor de la Constitución europea– nadie duda que la presidencia británica de la UE no será de mero trámite, sino de perfil muy elevado en lo político y en lo económico. Blair quiere aprovechar para impulsar una reflexión sobre la reforma económica, además de lograr un acuerdo sobre el controvertido asunto del presupuesto.
 
En la Cumbre, el persistente "no" de Blair fue determinante para que fracasaran las negociaciones presupuestarias y, al terminar la cita, Zapatero hizo ya algunos guiños a su colega británico. Concretamente, estuvo de acuerdo en que "quizá sea necesario en un futuro" revisar la estructura del presupuesto comunitario, algo que ahora es "prematuro", y dejó claro que plantear un debate sobre la reforma económica no es negativo, y está claro que "Europa debe crecer más económicamente y crear más empleo".
 
En este sentido, fuentes gubernamentales señalan que Zapatero se siente atraído por el enfoque británico a la hora de propugnar una economía moderna y más flexible, para relanzar el crecimiento en línea con la Agenda de Lisboa, pero está más apegado a franceses y alemanes en la defensa del modelo social europeo. De este modo, todas las fuentes consultadas rechazan hablar de un cambio de eje en política exterior, sino más bien de un enfoque pragmático en los asuntos europeos, a la vista de que las tesis de Blair están ahora, definitivamente, encima de la mesa.
 
Gélidas relaciones por la postura de Zapatero en la guerra de Irak
 
No obstante, lo cierto es que hasta ahora la relación personal entre Zapatero y Blair no ha sido precisamente cálida, en especial por sus divergencias sobre la guerra de Irak –el pasado octubre, en una reunión de líderes progresistas en Hungría, los dos escenificaron la división de la izquierda europea–. Blair había sido además el más firme aliado europeo del antecesor de Zapatero, José María Aznar.
 
Sin embargo, el Ejecutivo no descarta que el ámbito de la reforma económica, y la necesidad de una reflexión paneuropea puedan ser puntos de encuentro para ambos dirigentes, sobre todo ahora que Blair parece interesado en dejar atrás su faceta de partidario de la guerra de Irak y cultivar, dentro y fuera de su país, un perfil de político comprometido con la lucha contra la pobreza, sobre todo en África, otro tema muy del agrado de Zapatero.
En esta nueva orientación influye también la situación política en Alemania y Francia. El canciller alemán, Gerhard Schroeder, prepara elecciones anticipadas para septiembre y su derrota se da por descontada, y el presidente francés, Jacques Chirac, tras el 'no' a la Constitución europea de sus ciudadanos, afronta un difícil periodo hasta las elecciones presidenciales de 2007.
 
Pero el Gobierno de Madrid sigue considerando a París y Berlín sus aliados más cercanos. La figura política en alza en Francia es Nicolas Sarkozy, y algunas fuentes recuerdan que durante su anterior etapa como ministro de Interior protagonizó una muy buena colaboración con España,  entonces gobernada por el PP.
 
En este sentido, fuentes diplomáticas francesas se declaran convencidas de que los signos de acercamiento a Blair que Zapatero dio durante la Cumbre fueron tácticas, y que aunque España dijo "no" a la oferta de presupuesto comunitario presentada por la presidencia luxemburguesa, su posición no era la misma que la de Reino Unido. Según estas fuentes, el Gobierno español mantuvo una actitud muy constructiva durante todo el proceso negociador. De hecho, algunos diplomáticos se han mostrado sorprendidos por las críticas de Zapatero al "método" de negociación que puso en marcha la presidencia luxemburguesa.
 
A la hora de negociar las ayudas, apuntan fuentes diplomáticas, los aliados naturales de España son las regiones agrícolas francesas y alemanas (sobre todo en la antigua Alemania Oriental), además de Italia o Portugal. El Gobierno español desea que se mantenga fuerte la Política Agrícola Común (PAC), al margen de si los agricultores representan más o menos porcentaje de población, porque es un elemento fundamental para vertebrar el territorio. El Gobierno español dijo "no" a la oferta de presupuesto luxemburguesa la medianoche del pasado viernes cuando ya estaba claro que Reino Unido, Países Bajos y Suecia la vetarían y que esa propuesta no saldría adelante, con el fin de no destapar sus cartas y seguir negociando al alza a partir de ahora.

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