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Benedicto XVI pide la unidad de los cristianos en su primer viaje fuera del Vaticano

Benedicto XVI hizo este domingo su primer viaje del Pontificado fuera del Vaticano, y acudió a Bari, al sur de Italia, donde clausuró el XXIV Congreso Eucarístico Nacional, en el que se comprometió a trabajar con todas sus energías y con gestos concretos para la unidad de los cristianos. El Papa denunció "lo difícil que es ser cristiano" en esta época, marcada por el consumismo desenfrenado, la indiferencia religiosa y el secularismo.

Benedicto XVI hizo este domingo su primer viaje del Pontificado fuera del Vaticano, y acudió a Bari, al sur de Italia, donde clausuró el XXIV Congreso Eucarístico Nacional, en el que se comprometió a trabajar con todas sus energías y con gestos concretos para la unidad de los cristianos. El Papa denunció "lo difícil que es ser cristiano" en esta época, marcada por el consumismo desenfrenado, la indiferencia religiosa y el secularismo.
L D (EFE) "La Eucaristía es sacramento de unidad. Pero por desgracia los cristianos estamos divididos en este sacramento. Quiero reiterar desde aquí mi voluntad de asumir como compromiso fundamental (del Pontificado) el trabajar con todas las energías para lograr la plena y visible unidad de todos los seguidores de Cristo", manifestó el Pontífice en medio de los aplausos de las más de 200.000 personas presentes.
Benedicto XVI agregó que, para ello, no bastan las buenas intenciones y que es consciente de que "hacen falta gestos concretos que muevan las conciencias y los ánimos". El Obispo de Roma animó a los cristianos a la "conversión interior", que dijo es primordial para que avance el ecumenismo. A este respecto agregó que es necesario el perdón, "porque no se puede trabajar con la carcoma del resentimiento, sino que hay que abrir el corazón a los otros, a la comprensión, a las eventuales aceptaciones de la excusas y a la generosa oferta de las propias", precisó.

El XXIV Congreso eucarístico italiano tuvo como lema "Sin el domingo no podemos vivir". Benedicto XVI manifestó que hay que recuperar el sentido y la alegría del domingo cristiano en una época, como la actual, "en la que no es fácil vivir como cristianos".

El primer viaje fuera del Vaticano del papado de Benedicto XVI se limitó a poco más de seis horas, el tiempo justo para llegar, oficiar la misa, rezar el Angelus y saludar y despedirse de los presentes. Según fuentes vaticanas, fue por propio deseo de Benedicto XVI, que manifestó que el motivo de su visita era el congreso eucarístico, que lo importante era la Eucaristía y que no quería que su presencia desviase la atención de los fieles.

Benedicto XVI ofició la misa en la explanada Marisabella, que da al mar Adriático, en la zona portuaria, ante más de 200.000 personas, entre ellas los presidentes de la Cámara de Diputados y Senado, Pierferdinando Casini y Marcello Pera, y el presidente de la región, Niki Vendola, así como varios centenares de religiosos entre cardenales, obispo y sacerdotes italianos. El Papa recordó que el fallecido Juan Pablo II tenía previsto haber realizado este viaje, que se enmarca en el contexto del Año de la Eucaristía, abierto por Karol Wojtyla en octubre de 2004.

El próximo viaje del Papa, el primero fuera de Italia, será a mediados de agosto cuando se traslade a Colonia, en su Alemania natal, para presidir la Jornada Mundial de la Juventud.

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