(Libertad Digital) El primer parte médico oficial tras la paliza a Abu Dahdah no deja lugar a dudas sobre la gravedad de la agresión. Según informa Europa Press, presenta fracturas en la mandíbula, alguno de los huesos de la nariz y un diente, así como un derrame en un ojo y otras contusiones en la cabeza.
Fuentes del sindicato de prisiones explican que la paliza fue considerable y que el estado de Abu Dahdah resultaba preocupante. Lo avala el hecho de que el subdelegado del Gobierno en Castellón, Juan María Calles, se haya desplazado a la prisión para ser informado. Además, después de la paliza se procedió al registro y cacheo de todos los internos del módulo 1, donde se produjo el ataque.
Abu Dahdah pasará con seguridad la noche en el Hospital General de Castellón, fuertemente custodiado, y probablemente permanezca allí algún día más, según las fuentes consultadas por Europa Press.
Del aislamiento estricto al comedor con presos comunes
Abu Dahdah provenía del centro madrileño de Meco donde estaba interno en un régimen de estricto aislamiento, sin embargo, tras su traslado a la prisión de Castellón le fue levantado o no se cumplió debidamente. Según Europa Press, el centro penitenciario de Castellón no cuenta con un módulo dedicado a los internos que se encuentran en esa situación. Sin embargo, fuentes consultadas por Libertad Digital advierten de que sí existe ese módulo aunque no tenga los adelantos de otros (mecanización de puertas, etc).
Los funcionarios hacen hincapié en que Abu Dahdah no es un preso cualquiera sino un líder para los islamistas y temen que lo ocurrido este viernes sea el principio de más problemas en las cárceles españolas donde la población reclusa islamista es de más de 6.500 internos y que en algunos centros se convierten en mayoría.
La dirección del centro penitenciario ha abierto una investigación e Instituciones Penitenciarias trata de averiguar por qué Abu Dahdah compartía el desayuno con otros internos a pesar de encontrarse en régimen de aislamiento. Pero la directora general, Mercedes Gallizo está en un congreso de CCOO en Santander.