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Touriño concede a Quintana la vicepresidencia y lo convierte en el representante institucional de la Xunta

BNG y PSdeG cerraron este martes, finalmente, con un apretón de manos entre el secretario de Organización del PSdeG, Ricardo Varela, y el coordinador de la Ejecutiva nacionalista, Francisco Jorquera, el pacto para formar Gobierno en la Xunta de Galicia. Según nacionalistas y socialistas se trata de un acuerdo "riguroso, serio y generoso" que muestra, a su juicio,  el "deseo" de "cambio" que los gallegos expresaron con su voto en las pasadas elecciones autonómicas, en las que el PP obtuvo el 45 por ciento de los votos y se quedó a un solo escaño de la mayoría absoluta.

BNG y PSdeG cerraron este martes, finalmente, con un apretón de manos entre el secretario de Organización del PSdeG, Ricardo Varela, y el coordinador de la Ejecutiva nacionalista, Francisco Jorquera, el pacto para formar Gobierno en la Xunta de Galicia. Según nacionalistas y socialistas se trata de un acuerdo "riguroso, serio y generoso" que muestra, a su juicio,  el "deseo" de "cambio" que los gallegos expresaron con su voto en las pasadas elecciones autonómicas, en las que el PP obtuvo el 45 por ciento de los votos y se quedó a un solo escaño de la mayoría absoluta.
L D (Europa Press) PSdeG y BNG alcanzaron hoy, 22 días después de iniciar las negociaciones y un mes después de las elecciones autonómicas, el acuerdo definitivo para la formación del Gobierno de coalición en la Xunta de Galicia, que prevé que los socialistas gestionen la Presidencia y ocho consejerías, mientras que a los nacionalistas les corresponden una vicepresidencia –con las competencias de Bienestar Social y Relaciones Institucionales– y otros cuatro departamentos.
 
El pacto se cerró este martes después de que los líderes de ambos partidos, el socialista Emilio Pérez Touriño y el nacionalista Anxo Quintana, resolvieran por la mañana en una reunión los flecos pendientes sobre el reparto de las competencias y la redacción del programa de Gobierno, que perfilaron definitivamente las delegaciones de las dos formaciones en un encuentro por la tarde. De este modo, Touriño y Quintana pactaron que las competencias de relaciones con los medios de comunicación y la comunicación social –de la que depende la dirección de la CRTVG– dependan directamente del presidente de la Xunta, al igual que el área de Política Lingüística.
 
No obstante, el líder socialista admitió la demanda del BNG de crear una comisión "paritaria" que asuma la definición "colegiada" de los criterios de la política de comunicación y lingüística, así como el nombramiento de los distintos responsables.  Esta concesión se debe a que Comunicación Social estaba adscrita a Cultura, un departamento que gestionará el Bloque. Quintana también también reivindicó Política Lingüística –que correspondía a Educación–, pero Touriño defendió que dependa directamente de él. 
 
Otros de los flecos que se han resuelto este martes es que las competencias de Montes y Política Forestal –actualmente adscritas a Medio Ambiente, que gestionará el PSdeG– se incorporen a la Consejería de Medio Rural (anterior Política Agroalimentaria), que dirigirá un nacionalista. Además, el Bloque también consigue para Bienestar las competencias de Servicios Comunitarios, que el PSdeG pretendía incluir en la nueva Consejería de Empleo.
 
Tras este acuerdo, los socialistas asumirán la Presidencia de la Xunta, con las áreas de comunicación pública, Política Lingüística y Emigración; y también gestionarán las consejerías de Presidencia –que tendrá las áreas de Interior y Justicia–, Economía y Hacienda, Ordenación del Territorio, Educación, Sanidad, Pesca, Medio Ambiente y Empleo.
 
Mientras, el BNG tendrá una vicepresidencia, que ocupará Anxo Quintana, con las áreas de Relaciones Institucionales y Bienestar Social. Asimismo se hará cargo las consejerías de Cultura, Industria, Medio Rural y Vivienda, de nueva creación.  El encuentro de esta tarde sirvió también para que las dos comisiones alcanzasen un acuerdo sobre la redacción definitiva del programa de Gobierno, sobre todo en algunos aspectos que han enfrentado a ambos partidos. Así, según confirmaron fuentes de la negociación, se ha desechado la reivindicación de la "deuda histórica" y poner un cifra sobre la misma, tal y como exigían inicialmente los nacionalistas.
 
De este modo, los futuros socios acordaron reivindicar el "déficit estructural" de Galicia y, además, los socialistas apoyaron el compromiso de demandar al Gobierno central que en los próximos años destine a la comunidad una "inversión mínima" del 8 por ciento de lo previsto para el PEIT y para todos los planes complementarios. Según fuentes nacionalistas, este compromiso supondrá una inversión de más de 20.000 millones de euros durante la vigencia del plan de infraestucturas elaborado por Magdalena Alvarez.
 
Por lo que respecta al Estatuto, los dos partidos asumieron la "prioridad" del nuevo Gobierno y de los dos grupos parlamentarios de "impulsar" su reforma, con el objetivo de que se "reconozca el carácter nacional de Galicia, dentro de un Estado que avance hacia su plurinacionalidad". También se logrado el compromiso de que el futuro gobierno impulse una política de democratización de las cajas de ahorro gallegas y exigir a sus órganos rectores que destinen sus beneficios a la inversión en sectores estratégicos para el desarrollo económico de Galicia.
 
El acuerdo entre socialistas y nacionalistas se presentará en sociedad, con toda probabilidad, el próximo sábado, en un acto público que presidirán Emilio Pérez Touriño y Anxo Quintana, cuatro días antes de que se inicie en el Parlamento autonómico la sesión de investidura del próximo presidente. A pesar de que el acuerdo se ha cerrado en 22 días, las negociaciones han sufrido más de un sobresalto, agravado por las suspicacias que surgieron entre las dos comisiones negociadoras. Aunque inicialmente se marcaron el objetivo de trabajar "en silencio", las filtraciones "no autorizadas" a la prensa por parte de ambos partidos han provocado enfrentamientos entre socialistas y nacionalistas.
 
El punto culminante se registró el pasado jueves cuando los representantes del BNG y PSdeG se levantaron de la mesa de negociación, tras exponer sus demandas sobre el reparto de consellerías y reprocharse mutuamente que los medios comunicación informasen previamente de sus propuestas.

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