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Rescatados con vida los siete tripulantes del batiscafo ruso atrapado en el fondo del mar

Los siete tripulantes del batiscafo ruso AS-28 que desde el pasado jueves permaneció atrapado al fondo del mar fueron rescatados este domingo, cuando les quedaba muy poco oxígeno, y salieron de la nave por cuenta propia en cuanto ésta llegara a la superficie. El rescate fue posible gracias a la primera operación de salvamento de este tipo realizado conjuntamente por expertos de Rusia, Gran Bretaña y EEUU, en una carrera contrarreloj, ya que las reservas de aire podían agotarse este mismo domingo.

Los siete tripulantes del batiscafo ruso AS-28 que desde el pasado jueves permaneció atrapado al fondo del mar fueron rescatados este domingo, cuando les quedaba muy poco oxígeno, y salieron de la nave por cuenta propia en cuanto ésta llegara a la superficie. El rescate fue posible gracias a la primera operación de salvamento de este tipo realizado conjuntamente por expertos de Rusia, Gran Bretaña y EEUU, en una carrera contrarreloj, ya que las reservas de aire podían agotarse este mismo domingo.
L D (EFE) Autoridades de la Armada rusa informaron de que los tripulantes pasaron a una lancha rápida que los llevó al buque de rescate Alagues, donde les esperaban los médicos.  El batiscafo, enganchado desde el jueves a redes pesqueras y a los cables de una antena de vigilancia costera, fue liberado por un vehículo robótico submarino británico, informó el mando de la Flota rusa del Pacífico.
 
El aporte británico, cuyos especialistas y el vehículo robótico sumergible Scorpio fueron los primeros en llegar a la zona, fue decisivo. Ya veinte minutos después de sumergirse, el Scorpio localizó el batiscafo y unos minutos después comenzó a cortar el principal cable de acero que lo tenía atado al fondo. Luego le siguieron dos mangueras y un cable más, pero el sumergible seguía sin desprenderse del fondo, enganchado por los restos de las redes pesqueras que el jueves pasado dieron lugar al accidente. Una leve avería del robot submarino aplazó la inmersión y obligó a sus operarios a levantarlo a superficie para repararlo. Poco después, el aparato volvió a sumergirse para retirar los trozos de red pescadora que ya durante el trabajo fueron detectados en la proa del batiscafo.
 
Por fin fueron retiradas las últimas trabas, el batiscafo empezó el ascenso y contados minutos después apareció en la superficie, entre casi dos centenares de buques concentrados en la bahía Beriózovaya, a unos 75 kilómetros a sur del puerto Petro-Pávlovsk de Kamchatka, en el extremo oriente del país. El batiscafo AS-28 es uno de los cuatro navíos de este tipo que tiene la armada rusa y que están destinados a labores de rescate de las tripulaciones de submarinos.
 
El AS-28 entró en servicio en 1989, tiene una autonomía de navegación de 21 millas náuticas (poco más de 38 kilómetros), puede sumergirse hasta 1.000 metros de profundidad y mantenerse en estado de inmersión hasta 120 horas. El aparato, uno de los cuatro de este tipo que tiene la Armada rusa, tiene 13 metros de largo y 5,7 metros de alto y está dotado de un nudo de empalme que le permite acoplarse con la escotilla de los submarinos en las profundidades marinas y evacuar "en seco" hasta veinte personas en cada viaje.
 
Este tipo de batiscafos fue utilizado sin éxito en las labores de rescate del submarino nuclear "Kursk", que se hundió el 12 agosto de 2000 en el mar de Barents, naufragio en el que murieron sus 118 tripulantes. Una deformación en la escotilla del "Kursk" impidió entonces el acoplamiento del batiscafo de rescate. La prensa rusa denunció este domingo que, al igual que ocurrió con el submarino nuclear "Kursk", la Armada ocultó durante casi 24 horas el naufragio del batiscafo y "sólo cuando la situación se tornó crítica los militares admitieron la avería y pidieron ayuda".
 
 

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