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El diplomático que retiró la bandera de España en una ofrenda floral en Israel ante Carod vuelve a Tel Aviv

El ministro consejero de la Embajada española en Tel Aviv, Diego Sánchez Bustamante, ha vuelto a su trabajo en la capital israelí después de que el Ministerio de Asuntos Exteriores haya archivado el expediente que le abrió a finales de mayo, tras retirar el crespón con la bandera española de la corona de flores ante Carod y Maragall y que Moratinos achacó a "un problema de floristería". El Ministerio ha concluido que no incurrió en "ninguna falta".

El ministro consejero de la Embajada española en Tel Aviv, Diego Sánchez Bustamante, ha vuelto a su trabajo en la capital israelí después de que el Ministerio de Asuntos Exteriores haya archivado el expediente que le abrió a finales de mayo, tras retirar el crespón con la bandera española de la corona de flores ante Carod y Maragall y que Moratinos achacó a "un problema de floristería". El Ministerio ha concluido que no incurrió en "ninguna falta".
L D (Europa Press) El número dos de la legación española fue convocado de urgencia a Madrid poco después del incidente, ya que fue el diplomático que retiró el crespón con la banda española de la corona de flores que el presidente de la Generalidad, Pasqual Maragall, y el líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Josep Lluis Carod-Rovira, colocaron en el citado museo de Jerusalén.
 
El ministro de Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, encargó la instrucción del caso al subsecretario de Asuntos Exteriores, Luis Calvo. Tras la correspondiente investigación interna y una serie de entrevistas, este último determinó que Sánchez Bustamante no incurrió en "ninguna falta" durante el incidente, precisaron las citadas fuentes. El embajador en Tel Aviv, Eudaldo Mirapeix, ordenó a su 'número dos' que retirase de la ofrenda floral la cinta con los colores de la bandera española si en ella aparecía la mención 'Generalitat de Catalunya', tal y como había sucedido el día anterior durante la ofrenda catalana en el memorial al ex primer ministro israelí Isaac Rabin.
 
Sin embargo, Sánchez Bustamante precisó que en ningún momento recibió indicaciones de retirar únicamente las letras de la leyenda colocada en la corona de flores. Moratinos informó el 25 de mayo en el Congreso del expediente abierto a este diplomático así como del apercibimiento que había recibido el embajador Mirapeix.
 
El jefe de la Diplomacia insistió ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso en que había actuado "con conciencia" ante una "serie de errores de mala organización", motivo por el que se habían tomado estas decisiones. En el caso concreto del embajador, Moratinos dijo que, a pesar de esta medida, Mirapeix gozaba de su "plena confianza", aunque le pidió que no se repitiesen actos de este tipo y que se esmerase en la organización y control de las acciones "de todo el funcionariado" en futuros actos protocolarios. El portavoz del PP en la Comisión de Exteriores, Gustavo de Arístegui, reprochó en aquel momento a Moratinos que calificase el incidente como un problema "de floristería".
 
Este lunes, Gustavo de Arístegui, criticó la gestión que ha hecho Moratinos, para cerrar el incidente. "Tienen la peregrina idea de que el tiempo va a curar los errores cometidos. El error del ministro consejero (de la Embajada española en Tel Aviv, Diego Sánchez Bustamante) lo quieren enterrar", indicó De Arístegui en declaraciones a Europa Press. El diputado 'popular' recordó que su grupo mantuvo una "actitud de prudencia" hacia los funcionarios implicados en este caso de "crítica exigente y dura" al Ejecutivo por su falta de "personalidad, firmeza y tenacidad ante los errores, que tienen consecuencias políticas evidentes, por parte de Maragall y Carod-Rovira".
 
De Arístegui señaló que Moratinos deberá explicar por qué se ha decidido archivar el expediente abierto a Sánchez Bustamante y dejó claro que el problema de fondo es la gestión de incidentes como el de la ofrenda floral, ante la falta de "autoridad del ministro y sus colaboradores más cercanos" y los "lastres" que tiene que soportar el Gobierno por las exigencias y errores de sus socios parlamentarios --caso de ERC--. "Al fin y al cabo, todo esto deriva de un problema provocado por el señor Carod-Rovira en un acto oficial haciendo su particular guerra de las banderas. De ahí deriva todo porque el resto es anecdótico", concluyó.

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