L D (EFE) España anotó con la superioridad individual de sus jugadores, sobre todo a través de un Fran Vázquez especialmente inspirado, pero en varias fases del encuentro tuvo problemas para poner en práctica las ideas con las que quiere afrontar sus ataques posicionales. Aún así, su superioridad fue abrumadora.
A falta de cuatro minutos para que acabara el encuentro, con las defensas de ambos equipos ya sin apenas fuerza, el joven Sergio Rodríguez se hizo dueño del encuentro y con espectaculares asistencias logró que España acabara el choque con una sonrisa. España arrancó con más ímpetu que orden. Empujado por las ganas de Vázquez y Rudy Fernández, el equipo de Mario Pesquera impuso desde el inicio un alto ritmo de juego que desbordó a Ucrania.
La selección española apenas tardó unos minutos en sentenciar el choque (20-7, minuto 8), pero fue más mérito de las ganas de sus jugadores y de la falta de recursos de su rival, que de su capacidad para leer el encuentro. Inferior física y tácticamente, la selección ucraniana tuvo muchos problemas para acoplarse a los cambios de defensa de España, una circunstancia que colapsó su desordenado ataque y que propició vistosos contraataques con los que el equipo de Pesquera disparó su ventaja en el marcador. Al NBA Medvedenko apenas se le vio.
El acierto de Alex Mumbrú permitió a España mantener su fluidez anotadora sin problemas pero las dificultades para atacar en estático continuaron. En defensa, en cambio, la intensidad estaba garantizada por la amplia rotación que puso en marcha Pesquera, que en el minuto 15 ya había utilizado a sus doce jugadores, mientras los descartados Iker Iturbe y Juan Carlos Navarro, animaban desde el banquillo.
Al descanso, España llegó con una renta de 21 puntos, pero minutos antes Pesquera tuvo que hacer uso de un tiempo muerto para tratar de aclarar las ideas de los suyos, acelerados por el desorden de su rival (45-24, m.20). El paso por el vestuario hizo disminuir las revoluciones del encuentro pero fue el único punto del guión que se alteró. Vázquez, muy entonado, alimentó el marcador de España, que mantuvo a ralla al irregular equipo ucraniano.
El tramo final del encuentro permitió ver varias pinceladas de la magia creadora del joven Sergio Rodríguez, que revitalizó a España con su visión de juego, protagonizó dos espectaculares alley-hoop con Rudy y le permitió llevar su ventaja hasta más allá de los treinta puntos.
A falta de cuatro minutos para que acabara el encuentro, con las defensas de ambos equipos ya sin apenas fuerza, el joven Sergio Rodríguez se hizo dueño del encuentro y con espectaculares asistencias logró que España acabara el choque con una sonrisa. España arrancó con más ímpetu que orden. Empujado por las ganas de Vázquez y Rudy Fernández, el equipo de Mario Pesquera impuso desde el inicio un alto ritmo de juego que desbordó a Ucrania.
La selección española apenas tardó unos minutos en sentenciar el choque (20-7, minuto 8), pero fue más mérito de las ganas de sus jugadores y de la falta de recursos de su rival, que de su capacidad para leer el encuentro. Inferior física y tácticamente, la selección ucraniana tuvo muchos problemas para acoplarse a los cambios de defensa de España, una circunstancia que colapsó su desordenado ataque y que propició vistosos contraataques con los que el equipo de Pesquera disparó su ventaja en el marcador. Al NBA Medvedenko apenas se le vio.
El acierto de Alex Mumbrú permitió a España mantener su fluidez anotadora sin problemas pero las dificultades para atacar en estático continuaron. En defensa, en cambio, la intensidad estaba garantizada por la amplia rotación que puso en marcha Pesquera, que en el minuto 15 ya había utilizado a sus doce jugadores, mientras los descartados Iker Iturbe y Juan Carlos Navarro, animaban desde el banquillo.
Al descanso, España llegó con una renta de 21 puntos, pero minutos antes Pesquera tuvo que hacer uso de un tiempo muerto para tratar de aclarar las ideas de los suyos, acelerados por el desorden de su rival (45-24, m.20). El paso por el vestuario hizo disminuir las revoluciones del encuentro pero fue el único punto del guión que se alteró. Vázquez, muy entonado, alimentó el marcador de España, que mantuvo a ralla al irregular equipo ucraniano.
El tramo final del encuentro permitió ver varias pinceladas de la magia creadora del joven Sergio Rodríguez, que revitalizó a España con su visión de juego, protagonizó dos espectaculares alley-hoop con Rudy y le permitió llevar su ventaja hasta más allá de los treinta puntos.