L D (EFE) El cuadro hispano, que salió malparado de su compromiso de apertura frente a Serbia y Montenegro, abrumó al conjunto heleno, crecido después de iniciar con triunfo su andadura continental merced a la victoria frente a Holanda (3-2). No fue suficiente para el conjunto de Konstantinos Charitonidis el gran partido de Nikolaos Roumeliotis, autor de veinticuatro tantos, que superaron la excelente defensa de España.
No se vino abajo España en los momentos delicados. Como en otras ocasiones. Tuvo ganado también el segundo parcial, que terminó cediendo a su rival. Pero no decayó y se apuntó los dos siguientes. Cada uno con más autoridad. España resguardó sus bazas. Primero, la renta temprana de tres puntos con la que inició el partido. Una losa para Grecia, que no sabe jugar con el marcador adverso. Pudo ser suyo el segundo set. Frenó la presumible reacción helena y llegó al tramo final con ventaja. Entonces ya había asumido su rol Pascual y Miguel Ángel Falasca descongestionó los ataques de España. Perdió la manga el bloque de Novillo (24-26) a pesar de que contó con una bola para hacerlo suyo.
La clave llegó después. Cuando Grecia dominó el tercer set. Y España no se descompuso. Con Manuel Sevillano crecido y con el oxígeno que proporcionó la entrada del opuesto Ibán Pérez el conjunto hispano no se amilanó. Tomó las riendas en el tramo decisivo. No dudó el técnico a la hora de dar entrada a Julián García Torres. Ni cuando sentó a Pascual al final, en el tramo decisivo. El conjunto español mantuvo la calma y la concentración. Tomó carrerilla en el cuarto set del duelo y se mantuvo impasible ante la apresurada reacción de su rival. España se adentró en el Europeo. Se ubicó a la vista de sus rivales. Y empezó a contar para el Europeo.
No se vino abajo España en los momentos delicados. Como en otras ocasiones. Tuvo ganado también el segundo parcial, que terminó cediendo a su rival. Pero no decayó y se apuntó los dos siguientes. Cada uno con más autoridad. España resguardó sus bazas. Primero, la renta temprana de tres puntos con la que inició el partido. Una losa para Grecia, que no sabe jugar con el marcador adverso. Pudo ser suyo el segundo set. Frenó la presumible reacción helena y llegó al tramo final con ventaja. Entonces ya había asumido su rol Pascual y Miguel Ángel Falasca descongestionó los ataques de España. Perdió la manga el bloque de Novillo (24-26) a pesar de que contó con una bola para hacerlo suyo.
La clave llegó después. Cuando Grecia dominó el tercer set. Y España no se descompuso. Con Manuel Sevillano crecido y con el oxígeno que proporcionó la entrada del opuesto Ibán Pérez el conjunto hispano no se amilanó. Tomó las riendas en el tramo decisivo. No dudó el técnico a la hora de dar entrada a Julián García Torres. Ni cuando sentó a Pascual al final, en el tramo decisivo. El conjunto español mantuvo la calma y la concentración. Tomó carrerilla en el cuarto set del duelo y se mantuvo impasible ante la apresurada reacción de su rival. España se adentró en el Europeo. Se ubicó a la vista de sus rivales. Y empezó a contar para el Europeo.