El Celta se alía con Ramírez Domínguez para amargar el estreno del Real Madrid ante su afición (2-3)

(Libertad Digital) A Luxemburgo se le empezaban a acumular los problemas horas antes del partido. Primero fue Ronaldo quien llegaba con molestias y luego era Zidane el que causaba baja definitiva tras lesionarse en su compromiso del miércoles con la selección francesa. Lo que no esperaba el técnico brasileño era la baja de Raúl. El capitán sufría una lumbalgia que le relegaba al banquillo, cubriendo Guti su puesto en el once inicial. Aún así, Luxe pudo alinear un equipo de ensueño con Robinho y Baptista como estandartes, y estrenándose con la camiseta madridista en un partido oficial en el Bernabéu. Luego Sergio Ramos, el último fichaje de Florentino Pérez, también pudo debutar en la segunda parte.

 

Después de su exhibición en Cádiz, las miradas de la afición madridista estaban puestas en Robinho, que no defraudó en casa pese a que no pudo contribuir a la victoria de su equipo. Malabarista con el balón en los pies, letal en el uno contra uno y generoso en el pase, el brasileño aporta velocidad y, sobre todo, movilidad y desmarque a la ofensiva blanca, algo de lo que carecía últimamente el Real Madrid.

El duelo comenzó con un guión inesperado. El Celta tuvo un arranque sobresaliente, tal vez porque el Madrid todavía estaba de vacaciones. El primer gol de la temporada en el Bernabéu lo firmó el chileno Pablo Contreras a los siete minutos tras aprovechar un remate de cabeza al larguero de Baiano. La pasividad de la defensa blanca en el saque de esquina que propició la jugada fue preocupante. La excelente labor de Iriney, Oubiña y Canobbio puso contra las cuerdas a los blancos durante el primer cuarto de hora. Pero luego el equipo de Luxemburgo, casi por inercia, se adueño del balón y comenzó a crear ocasiones de gol ante la portería de Pinto. Las mejores fueron de Robinho, Baptista y Ronaldo, que falló uno cantado tras un gran pase del primero en el minuto 18.

El empate no llegó hasta la recta final del primer acto tras un penalti de Placente a Julio Baptista que fue transformado por Ronaldo (m.36). Y el Real Madrid no tardó en ponerse por delante. Lo hizo siete minutos después con un golazo del propio Baptista, que obsequió a la hinchada madridista con un espectacular remate de cabeza en plancha tras un bonito pase de Helguera. Parecía allanarse el camino de la victoria para los blancos, pero un inocente penalti de Pavón en el último minuto de la primera parte sirvió al Celta para equilibrar la balanza antes del descanso. Lo lanzó Canobbio y, aunque Casillas respondió con una espléndida parada, el ex madridista Núñez aprovechó el rechace para rubricar con la cabeza el segundo tanto del equipo gallego.

El Real Madrid aceleró en los primeros minutos de la segunda parte, pero el Celta se defendió con acierto. No se descompuso ante las acometidas de su rival, su retaguardia trabajó con solvencia y, además, le dio varios avisos a la contra hasta que Canobbio, en el minuto 77, marcó el 2-3 definitivo gracias a la inestimble colaboración del árbitro Ramírez Domínguez y su asistente. El  uruguayo disparó al larguero, el balón botó bajo los palos y el colegiado andaluz concedió el tanto entre las protestas madridistas y la algarabía de los jugadores del celtiñas. Luego lo intentó el Madrid hasta el final. Luxemburgo dio entrada a Raúl, que esta vez no fue el revulsivo, y vio cómo los tres puntos volaban directamente a Vigo. Mal comienzo de los blancos en su feudo.