L D (EFE) Al equipo gallego pronto se le puso el partido de cara. Aún no habían tomado asiento los últimos aficionados celestes en acercarse al estadio vigués, cuando Baiano ya adelantó al Celta en el marcador. No se había cumplido el minuto uno de juego. El ex jugador del Málaga, con un sutil toque con el tacón, envió al fondo de la red un magistral centro de Antonio Núñez desde la banda derecha. La conexión Núñez-Baiano está siendo una de las armas mortales en el regreso del equipo vigués a Primera. El brasileño, a base de goles y destellos técnicos, se ha convertido en el nuevo ídolo de la afición celeste, que desde los tiempos de Lubo Penev no recordaba un delantero depredador como él.
Con el marcador a su favor, el equipo de Fernando Vázquez pudo practicar el fútbol que más le gusta: firmeza defensiva y rapidez en el contraataque para coger al rival descolocado. Pero en esta ocasión, al Celta no le hizo falta recurrir a ese juego, pues las concesiones defensivas de la zaga del Sevilla eran tan grandes que en el minuto 14 los locales volverían a perforar por segunda vez la portería de Palop: Oubiña recogió el balón en la frontal del área y después de marcharse de dos defensores, se plantó en el mano a mano ante el meta sevillista, al que superó con un disparo ajustado a la cepa del poste. El segundo gol vigués acabó de descentrar al Sevilla, que sólo dio señales de vida con alguna internada de Alves por la banda derecha.
Pese a verse cómodamente por delante en el electrónico, el Celta no se relajó y siguió buscando más goles. En el minuto 37, Palop salvó a su equipo de encajar el tercer tanto de la noche con una gran intervención a remate de Silva, que se había plantado en el área andaluz tras realizar dos paredes con Placente. Pero antes de llegar al descanso, el Sevilla se encontró con un penalti a su favor que cometió infantilmente Placente sobre Alves. Luis Fabiano, que había recibido ánimos esta semana del director técnico del Sevilla, Monchi, fue el encargo de lanzar la pena máxima, pero Pinto adivinó el lanzamiento del brasileño y despejó el balón a corner.
En el descanso, Juande Ramos, que no estaba contento con el rendimiento de su equipo, metió en el campo al argentino Saviola y a Kanoute, y el equipo andaluz mejoró con los cambios. Se adueñó de la posesión del balón, encerró al Celta en su campo y se enganchó definitivamente al partido después de que Maresca, en el minuto 53, recortara la desventaja al transformar un penalti que de nuevo realizó Diego Placente - el cuarto que hace el argentino en lo que va de temporada-. Aunque el equipo andaluz tuvo el dominio el encuentro, fue incapaz de superar a un Celta que, bien armado atrás y con las líneas muy juntas, sólo sufrió en las jugadas a balón parado, como en el minuto 85 cuando un cabezazo de Kepa hizo lucirse a Pinto. Ahí se terminaron las posibilidades de un Sevilla que en la segunda parte mereció más.
Con el marcador a su favor, el equipo de Fernando Vázquez pudo practicar el fútbol que más le gusta: firmeza defensiva y rapidez en el contraataque para coger al rival descolocado. Pero en esta ocasión, al Celta no le hizo falta recurrir a ese juego, pues las concesiones defensivas de la zaga del Sevilla eran tan grandes que en el minuto 14 los locales volverían a perforar por segunda vez la portería de Palop: Oubiña recogió el balón en la frontal del área y después de marcharse de dos defensores, se plantó en el mano a mano ante el meta sevillista, al que superó con un disparo ajustado a la cepa del poste. El segundo gol vigués acabó de descentrar al Sevilla, que sólo dio señales de vida con alguna internada de Alves por la banda derecha.
Pese a verse cómodamente por delante en el electrónico, el Celta no se relajó y siguió buscando más goles. En el minuto 37, Palop salvó a su equipo de encajar el tercer tanto de la noche con una gran intervención a remate de Silva, que se había plantado en el área andaluz tras realizar dos paredes con Placente. Pero antes de llegar al descanso, el Sevilla se encontró con un penalti a su favor que cometió infantilmente Placente sobre Alves. Luis Fabiano, que había recibido ánimos esta semana del director técnico del Sevilla, Monchi, fue el encargo de lanzar la pena máxima, pero Pinto adivinó el lanzamiento del brasileño y despejó el balón a corner.
En el descanso, Juande Ramos, que no estaba contento con el rendimiento de su equipo, metió en el campo al argentino Saviola y a Kanoute, y el equipo andaluz mejoró con los cambios. Se adueñó de la posesión del balón, encerró al Celta en su campo y se enganchó definitivamente al partido después de que Maresca, en el minuto 53, recortara la desventaja al transformar un penalti que de nuevo realizó Diego Placente - el cuarto que hace el argentino en lo que va de temporada-. Aunque el equipo andaluz tuvo el dominio el encuentro, fue incapaz de superar a un Celta que, bien armado atrás y con las líneas muy juntas, sólo sufrió en las jugadas a balón parado, como en el minuto 85 cuando un cabezazo de Kepa hizo lucirse a Pinto. Ahí se terminaron las posibilidades de un Sevilla que en la segunda parte mereció más.
Ficha técnica del partido
Celta de Vigo, 2: Pinto; Ángel, Sergio, Contreras, Placente; Iriney, Oubiña, Núñez (De Ridder, m.79), Jorge, Silva (Lequi, m.83); y Baiano
Sevilla, 1: Palop; Alves, Javi Navarro, Dragutinovic, David; Jesús Navas, Maresca, Martí, Renato (Kanoute, m.46); Adriano (Saviola, mi.46) y Luis Fabiano (Kepa, m.64)
Goles: 1-0, m.1: Baiano; 2-0, m.14: Oubiña; 2-1, m.53: Maresca, de penalti Sevilla, 1: Palop; Alves, Javi Navarro, Dragutinovic, David; Jesús Navas, Maresca, Martí, Renato (Kanoute, m.46); Adriano (Saviola, mi.46) y Luis Fabiano (Kepa, m.64)
Árbitro: Iturralde González (Colegio vasco). Amonestó a Sergio (m.62) y Placente (m.36), por parte del Celta, y a Navas (m. 56), Adriano (m.42), Kanoute (m.70), Alves (m.73) y Dragutinovic (m.90), por el Sevilla
Incidencias: Partido correspondiente a la quinta jornada de Liga en Primera División disputado en el estadio municipal de Balaídos ante unos 15.000 espectadores