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OTOÑO DE 2003: La promesa de Zapatero a Maragall y el anuncio de un "drama"

En un mitin en Barcelona en noviembre de 2003 que cerraba la campaña de las elecciones catalanas, cuyo resultado llevó a la Generalidad a Maragall, Zapatero, todavía candidato a la presidencia del Gobierno, se comprometió a apoyar el nuevo Estatuto si llegaba al poder. Un mes después, el recién elegido presidente de la Generalidad habló de "drama" si el Gobierno central, en ese momento presidido por el PP, no apoyaba sus reformas de autogobierno, entre las que se encontraba la del Estatuto.

(Libertad Digital) Zapatero pronunció estas palabras en un mitin pronunciado ante 17.000 personas en el Palau Sant Jordi de Barcelona para arropar al candidato socialista a la Generalidad. El presidente del Gobierno afirmó entonces que el triunfo de Maragall abriría una "puerta de oxígeno" para derrotar al PP en marzo. A cambio, Zapatero prometió "respetar y apoyar" el "autogobierno y la identidad catalanas" y votar a favor del nuevo Estatuto.
 
El líder del PSOE insistió en que, en contra de lo que decían PP y CiU, Pasqual Maragall "no pondrá en riesgo la unidad de España ni será un peligro para la identidad y el autogobierno de Cataluña". Su efecto sería más bien el contrario, según Zapatero: "será un problema serio para los independentistas y los centralistas, y la solución para Cataluña y la España plural". Por ello, el entonces líder de la oposición aseguró que cuando gobierne en España su Ejecutivo "comprenderá, respetará y ayudará a avanzar en la identidad y el autogobierno de Cataluña", y "respetará y ayudará a su presidente, Pasqual Maragall".
 
Zapatero reiteró ese día su compromiso de apoyar la reforma del Estatuto que se aprobara en el Parlamento de Cataluña, de apoyar la creación de un Eje Pirenaico, de reformar el Senado para que sea una cámara de representación de las autonomías y de trasladar a Cataluña algún organismo del Estado.
 
15 de diciembre de 2003: "El drama está servido"
 
Por su parte, el presidente de la Generalidad vaticinó un "drama" si no se aprobaba el Estatuto nada más comenzar su mandato. Pasqual Maragall advirtió en su discurso de investidura de que "el drama está servido" si el Gobierno central, en esos momentos en manos del Partido Popular, adoptaba posiciones contrarias a sus propuestas de autogobierno, entre la que destacaba su reforma del Estatuto.
 
El líder socialista habló en su discurso de "una nueva relación con España" basada en propuestas "claras y compartidas" y subrayó su compromiso de reformar el Estatuto y la financiación autonómica. El recién nombrado presidente se refirió a una "renovación del pacto" con España en base a la "libre declaración de interdependencia desde la libertad de decisión" y amenazó con que si su reforma estatutaria era rechazada en el Congreso de los Diputados, "el pueblo de Catalunya se pronunciará, siempre dentro de la legalidad".

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