El Gobierno admitió este martes que en tres semanas ha trasladado por barco a la Península a 500 inmigrantes que llevaban dos años en el CETI de Melilla con el compromiso de que tienen que abandonar el territorio nacional en 40 días. Portan un expediente de expulsión y un "laissez passer", es decir, una autorización para viajar a donde quieran. Según explicó a Libertad Digital Rodrigo Gavilán este es un procedimiento contemplado en el artículo 141.8 de la Ley de Extranjería, según el cual cuando está resuelto el expediente de expulsión del inmigrante y este pueda demostrar que tiene dinero para viajar a su país de origen, firma una salida obligatoria por la que tiene que abandonar España en 40 días. Al inmigrante se le deja libre con un salvoconducto para poder viajar sin ser molestado por la policía. "Si alguien se cree que estos 500 subsaharianos abandonados en territorio nacional vuelven a su país es que vive en el País de las Maravillas", dice Gavilán.
Además, el Gobierno ha trasladado a la Península a otros 472 inmigrantes vía aérea en los últimos 45 días procedentes de Fuerteventura. Cada semana llegan a Madrid un total de 70 inmigrantes. En aplicación de la Ley, los inmigrantes sólo pueden permanecer en un Centro de Internamiento de Extranjeros un máximo de 40 días, por lo que pasado este tiempo los ilegales han de ser dejados en libertad y "estarán caminando por las calles de Madrid" a la espera de que en dos años sean regularizados por arraigo y en diez obtengan la nacionalidad española.