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Guerra denuncia la "genuflexión" de algunos ante los "nacionalismos periféricos"

El presidente de la comisión constitucional, Alfonso Guerra, ha reiterado la inconstitucionalidad el Estatuto catalán y puso como ejemplo que "en el Protocolo, primero está el Rey y luego el presidente de la Generalidad". Dijo que no tiene que reprochar nada a Pasqual Maragall porque él no es "el justiciero de nadie". Eso sí, el ex vicepresidente socialista dijo que "hay una especie de genuflexión con el nacionalismo porque si lo criticas te colocan en el rincón de los niños malos".

El presidente de la comisión constitucional, Alfonso Guerra, ha reiterado la inconstitucionalidad el Estatuto catalán y puso como ejemplo que "en el Protocolo, primero está el Rey y luego el presidente de la Generalidad". Dijo que no tiene que reprochar nada a Pasqual Maragall porque él no es "el justiciero de nadie". Eso sí, el ex vicepresidente socialista dijo que "hay una especie de genuflexión con el nacionalismo porque si lo criticas te colocan en el rincón de los niños malos".
(Libertad Digital) El ex vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, ha advertido en TVE que el debate sobre la reforma del Estatuto catalán se está centrando en la polémica por la denominación de nación y las propuestas de financiación, "pero el Estatuto es muy extenso", alertó.
 
Así, que en el Estatuto se dice que "los poderes de la generalidad emanan del pueblo catalán" y puso como ejemplo que "en el Protocolo, primero está el Rey y luego el presidente de la Generalidad". Preguntado sobre si tenía que reprochar algo a Pasqual Maragall y al resto de miembros del PSC, Guerra dijo que él no reprocha "nada a nadie". "Yo no soy el justiciero de nadie", señaló.
 
Guerra afirmó que "no contar con el principal partido de la oposición" en la aprobación del Estatuto no sería "adecuado" y apuntó que "los que apoyan el Estatuto no son antiespañoles, pero los que no lo apoyan no son reaccionarios o iluminados". Respecto a la afirmación de Mariano Rajoy de que miembros del PSOE se habían puesto en contacto con él para mostrar su oposición al Estatuto, el diputado socialista dijo que el presidente del PP "podría decir los nombres". No obstante, reconoció que hay socialistas en los que ha cundido la preocupación –"yo también la tengo"–, de ahí, según él, "derivan o se inventan" algunos rumores.

En su opinión, "el problema no es si Cataluña es una nación, el problema es que en el año 1978 se llegó a un pacto para que lo que era una nación cultural se llamara nacionalidad". Por tanto, la Constitución española "no ampara" esa denominación, dijo Alfonso Guerra, que añadió: "Hay una especie de genuflexión con el nacionalismo porque si lo criticas te colocan en el rincón de los niños malos". Denunció que se puede hablar del "rancio nacionalista español, pero no del rancio nacionalismo periférico". "Me parecen rancios todos los nacionalismos", sentenció.

Por su parte, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, afirmó en Telecinco que "de poco le sirve" al presidente de la Generalidad, Pasqual Maragall, tener la "potestad" de remodelar su gobierno si no cuenta con apoyo parlamentario, y confió en que "será capaz de superar este bache". Sobre cómo se pueden hacer "compatibles" las opiniones de dirigentes socialistas como Maragall y José Bono, el secretario de Organización subrayó que "no hay ninguna opinión de ningún dirigente del PSOE que sea muy diferente a la que plantea la dirección federal", aunque agregó que "es verdad que cada uno lo singulariza y lo expresa de otra forma".

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