L D (EFE) Al contrario de lo que ocurrió en el partido de ida, esta vez fue el Zagreb el que pagó muy caro su mal arranque de partido. El conjunto navarro, mucho más mentalizado y agresivo, saltó a la pista dispuesto a devolver la moneda al conjunto croata, único equipo que le ha logrado vencer esta temporada. Con una defensa que rayó la perfección y un parcial inicial de 3-0, el técnico croata, Lino Cervar, solicitó tiempo muerto a los tres minutos para frenar la avalancha local. Lejos de provocar la reacción de los suyos, Portland continuó intratable en la telaraña defensiva que había tejido, respaldado además por una magnífica actuación de Kasper bajo los palos, que amargó cada disparo de los jugadores balcánicos mientras lanzaba el contraataque de los suyos.
Nada menos que once minutos le costó al Zagreb inaugurar el marcador por mediación de Vukovic, clara muestra de su "espesura" en ataque y del recital antoniano en los primeros treinta minutos, que lograron dejar al Zagreb en tan solo seis goles y marcharse al vestuario con una renta de once tantos a su favor que prácticamente dejaba sentenciado el choque (17-6). En la reanudación, se preveía cierta relajación antoniana, producto del esfuerzo realizado, pero lejos de ceder terreno el siete navarro endosó un parcial de 4-0, mientras el Zagreb, sin ideas e incapaz de reaccionar, veía cómo el Portland pasaba por encima como una apisonadora.
Para alegría de la afición antoniana, que esperaba mucho más del conjunto croata, Svensson continuó con el recital de paradas en la portería navarra y, pese a las bajas, Portland dosificó esfuerzos y afrontó la recta final del partido con ventajas de hasta 17 goles, todo un repaso que allana el camino hacia la primera plaza del grupo y supone un golpe de moral tremendo de cara a la próxima cita liguera ante el Barcelona
Nada menos que once minutos le costó al Zagreb inaugurar el marcador por mediación de Vukovic, clara muestra de su "espesura" en ataque y del recital antoniano en los primeros treinta minutos, que lograron dejar al Zagreb en tan solo seis goles y marcharse al vestuario con una renta de once tantos a su favor que prácticamente dejaba sentenciado el choque (17-6). En la reanudación, se preveía cierta relajación antoniana, producto del esfuerzo realizado, pero lejos de ceder terreno el siete navarro endosó un parcial de 4-0, mientras el Zagreb, sin ideas e incapaz de reaccionar, veía cómo el Portland pasaba por encima como una apisonadora.
Para alegría de la afición antoniana, que esperaba mucho más del conjunto croata, Svensson continuó con el recital de paradas en la portería navarra y, pese a las bajas, Portland dosificó esfuerzos y afrontó la recta final del partido con ventajas de hasta 17 goles, todo un repaso que allana el camino hacia la primera plaza del grupo y supone un golpe de moral tremendo de cara a la próxima cita liguera ante el Barcelona