El Real Madrid aprovecha las carencias del Rosenborg para lograr una victoria que le mete en octavos (0-2)

(Libertad Digital) Nunca tuvo problemas el Madrid para llevar la batuta. El Rosenborg es un equipo con mucho físico, pero también muy poquito fútbol, y que se encomienda al juego aéreo en los saques de esquina. En esa acción de estrategia puso toda su alma el cuadro noruego, buscando el poderío de Riseth en el remate de cabeza. Pero el Madrid sí estuvo enchufado esta vez al partido. Pavón y Woodgate vivieron atentos en su área. Y, por delante, Sergio Ramos y Diogo cumplieron con nota. El coraje del ex sevillista, el mejor fichaje del Real Madrid este año, es digno de elogio.

Con tanta baja en la hora de la creación, Guti comenzó a aparecer cuando dejó el lado izquierdo y se echó al centro para ayudar a Ramos. Y especialmente el Madrid se vino arriba en cuanto le puso chispa y velocidad al partido. Así, a los 25 minutos, llegó el primer gol: gran envío de Guti a Robinho, centro-chut del brasileño en el área y Dorsin, que venía como una bala desde atrás, se introdujo el balón en su propia portería. Lejos de levantarse de la lona, el Rosenborg pareció dormido, pese a sus tímidos ataques, y encajó el segundo gol a cinco minutos del descanso cuando Guti conectó un disparo desde la frontal del área que sorprendió al portero Espen Johnsen.

Tras el descanso, Luxemburgo dio descanso a Míchel Salgado e introdujo en el campo al canterano Álvaro Mejía. Iker Casillas, mientras tanto, sacó un par de balones interesantes. Uno de ellos a Frode Johnsen, que estuvo peleado con el gol. Torpe con el balón en los pies, el ariete noruego sólo fue bien de cabeza, pero sin definición. En la última media hora, el árbitro alemán Wolfgang Stark se convirtió en protagonista inesperado, especialmente para Guti. Estaba asentado el de Torrejón en el partido hasta que recibió una patada de Kvarme, ex jugador de la Real Sociedad, que le sacó completamente de quicio.

Enseguida vio la amarilla Guti, que picado con el ambiente se fue del partido poco a poco, después de firmar un primer tiempo espléndido. El Real Madrid no sufrió, aunque no se echó arriba a rematar la faena y del último tramo lo más destacable fue la calidad de Mejía. Tras un inicio decepcionante en esta Liga de Campeones, el conjunto de Vanderlei Luxemburgo ha dado un giro de 180 grados a la situación y ya está en octavos de final, gracias también a la goleada lograda por el Olympique de Lyon en campo del Olympiacos (1-4). Ahora deberá ganar por al menos cuatro goles a los franceses en el Santiago Bernabéu si quiere pelear por el liderato de grupo y evitar a los cocos de Europa en la siguiente fase.