L D (EFE) El Rey habló así de la Carta Magna en el acto conmemorativo del XXV aniversario de uno de los órganos constitucionales, el Consejo General del Poder Judicial, celebrado en la sede del Tribunal Supremo. Acompañaron a don Juan Carlos en este acto, la Reina y el Príncipe de Asturias, quien abandonó por unas horas la clínica Rúber Internacional de Madrid, donde el pasado lunes de madrugada nació su hija Leonor.
Estuvieron también el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición y presidente del PP, Mariano Rajoy, entre otras muchas personalidades. Ante la cúpula judicial, el Rey dijo que su órgano de gobierno ha ejercido en estos veinticinco años "de modo ejemplar" y con "eficacia" las competencias que le atribuye la Constitución, esencialmente la de velar por la garantía e independencia de los jueces y magistrados en su función de impartir Justicia.
Una función, argumentó, que se plasma en "la constante defensa de la vigencia e imperio de la ley, expresión -recordó- de la voluntad general en una sociedad libre y democrática como la española". Se refirió de nuevo a la Constitución para destacar que define "con precisión" el estatuto del juez "en torno a los principios de independencia, inamovilidad, responsabilidad y sumisión al imperio de la Ley", al tiempo que "organiza el Poder Judicial respetando escrupulosamente el principio de la división de poderes", que está en la base misma de la creación del Consejo.
Desde el "firme compromiso" con los valores y principios que informan la Constitución, el Consejo General del Poder Judicial "ha promovido de forma efectiva -afirmó- el mejor funcionamiento de la Justicia al servicio de los ciudadanos". También la seguridad jurídica "que exige la vida en democracia y que sustenta -recalcó don Juan Carlos- nuestra preciada estabilidad política, económica y social".
Al hacer balance de este primer cuarto de siglo del Consejo, "un hito para toda la Justicia española", el Rey recordó que la judicatura "asumió con probada lealtad" la Constitución como norma suprema del ordenamiento jurídico "y de nuestro sistema de convivencia en democracia". La existencia del Consejo expresa pues, en palabras del monarca, "la singular importancia de la función de jueces y magistrados en un Estado de Derecho" y encarna "la voluntad de preservar plenamente su independencia".
Todo ello, según el Rey, explica el arraigo del Consejo General del Poder Judicial, "fruto del efectivo desarrollo de su relevante tarea, tan íntimamente ligada al buen funcionamiento de la Justicia, al logro de una tutela judicial ágil y efectiva, y a la construcción de una España democrática cada vez más justa y solidaria". De ahí que la sociedad española y sus instituciones tengan contraída con el CGPJ "una profunda deuda de gratitud".
El Rey animó al Consejo a seguir trabajando con "empeño y tesón", a mejorar día a día "la agilidad, calidad y eficacia" de la Administración de Justicia, y a perseverar en su "intrínseca" vocación de servicio a la sociedad, "desde la cercanía a sus problemas y necesidades". "Os pido -concluyó- que sigáis ejerciendo con lealtad y prudencia vuestra alta misión, siempre al servicio de España; de una España democrática y unida, cada vez más justa, equitativa y solidaria". "Ningún esfuerzo sobra cuando se trata de España y de los españoles", había dicho previamente.