L D (EFE) El delito por el que Arnaldo Otegi tiene una condena pendiente se remonta al año 2001, cuando el dirigente de Batasuna–ETA hizo unas declaraciones que enaltecían el terrorismo en el entierro de la etarra Olaia Castresana, muerta en Alicante al estallar una bomba que manipulaba. Así lo consideró el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, que condenó a Otegi por este hecho a 15 meses de prisión.
Sin embargo, sobre dicha condena debe pronunciarse ahora el Tribunal Supremo. El próximo día 22 de noviembre se conocerá si finalmente los magistrados confirman la pena. Si esto sucede, la condena se sumaría a la que se ha conocido este viernes de un año de prisión por injurias graves al Rey dictada por este mismo Tribunal. Los magistrados se refieren a una rueda de prensa en San Sebastián en 2003, cuando Otegi afirmó que el monarca era "el jefe de los torturadores".
En el caso de que la condena de 15 meses no se confirme, Otegi no iría a prisión, pues sus antecedentes penales están cancelados. Según fuentes jurídicas, esto se debe a que el procesado ya cumplió la pena de 6 años a la que fue condenado en 1989 por la Audiencia Nacional por el secuestro de un empresario. Al carecer de antecedentes penales, la pena ha de ser superior a dos años para que suponga el ingreso en prisión. Sin embargo hay otra posibilidad para que Otegi se libre de la prisión. Se trata del recurso que el procesado tiene previsto imponer ante el Tribunal Constitucional, cuyos magistrados podrían dejar en suspenso finalmente la condena.