L D (EFE) Desde el pasado 12 de julio, tras la muerte de su padre, Rainiero III, ocurrida el 6 de abril a los 81 años de edad, su hijo Alberto ocupa el trono de este pequeño Principado mediterráneo. La ceremonia del 12 de julio se celebró seis días después de finalizar el período de duelo de la familia Grimaldi por la muerte de quien hasta ese momento fue el decano de los soberanos de Europa, ya que reinó más de 55 años.
Ese 12 de julio se celebró una misa y un Te Deum oficiados por el arzobispo de Mónaco, Bernard Barsi, en la catedral del Principado, con lo que dio comienzo el reinado de Alberto II. El Rey asistió el 15 de abril, tres días después del fallecimiento de Rainiero III, a sus funerales, celebrados en la catedral del Principado, y a los que acudieron representantes de varias casas reales europeas y otros altos mandatarios.
Pocos días después de su llegada al Trono, y en su condición de miembro del Comité Olímpico Internacional, Alberto II de Mónaco preguntaba a la delegación española que defendió en Singapur la candidatura de Madrid para organizar los Juegos Olímpicos del 2012, sobre la seguridad de la ciudad, al tiempo que expresaba sus temores ante posibles ataques terroristas.
La intervención del Príncipe monegasco causó gran malestar en la delegación española, presidida por doña Sofía, que momentos antes había intervenido ante la asamblea del COI.Las palabras de Alberto de Mónaco fueron dura y unánimemente criticadas en España.
El 7 de julio, un día después de que Londres fuera la ciudad escogida por el COI para celebrar los Juegos Olímpicos del 2012, a los que optaban también Nueva York, París y Moscú, además de Madrid, el estallido de varias bombas terroristas colocadas en el Metro y un autobús londinense causaron decenas de muertos.
Ese 12 de julio se celebró una misa y un Te Deum oficiados por el arzobispo de Mónaco, Bernard Barsi, en la catedral del Principado, con lo que dio comienzo el reinado de Alberto II. El Rey asistió el 15 de abril, tres días después del fallecimiento de Rainiero III, a sus funerales, celebrados en la catedral del Principado, y a los que acudieron representantes de varias casas reales europeas y otros altos mandatarios.
Pocos días después de su llegada al Trono, y en su condición de miembro del Comité Olímpico Internacional, Alberto II de Mónaco preguntaba a la delegación española que defendió en Singapur la candidatura de Madrid para organizar los Juegos Olímpicos del 2012, sobre la seguridad de la ciudad, al tiempo que expresaba sus temores ante posibles ataques terroristas.
La intervención del Príncipe monegasco causó gran malestar en la delegación española, presidida por doña Sofía, que momentos antes había intervenido ante la asamblea del COI.Las palabras de Alberto de Mónaco fueron dura y unánimemente criticadas en España.
El 7 de julio, un día después de que Londres fuera la ciudad escogida por el COI para celebrar los Juegos Olímpicos del 2012, a los que optaban también Nueva York, París y Moscú, además de Madrid, el estallido de varias bombas terroristas colocadas en el Metro y un autobús londinense causaron decenas de muertos.