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Policías italianos detienen a tres argelinos sospechosos de colaborar con el terrorismo internacional

La Policía italiana mantiene abierta una amplia operación en las ciudades de Brescia y Nápoles a tres ciudadanos argelinos considerados "extremistas islámicos" sospechosos de colaborar activamente con una "célula del terrorismo internacional" y con los terroristas del "Grupo salafista para la predicación y el combate". Sus contactos principales se ubican en Noruega, país en el que habían residido gracias a documentos falsos.

La Policía italiana mantiene abierta una amplia operación en las ciudades de Brescia y Nápoles a tres ciudadanos argelinos considerados "extremistas islámicos" sospechosos de colaborar activamente con una "célula del terrorismo internacional" y con los terroristas del "Grupo salafista para la predicación y el combate". Sus contactos principales se ubican en Noruega, país en el que habían residido gracias a documentos falsos.
LD (EFE) El Gobierno y la Policía de Italia ha confirmado que Yamine Bouhrama, de 32 años, Khaled Serai, de 35, y Mohamed Larbi, de 31, todos argelinos, están siendo interrogados por los servicios secretos después de ser detenidos en una amplía operación en Brescia y Nápoles que aún se mantiene abierta.
 
Los arrestados son considerados "extremistas islámicos" sospechosos de colaborar con una célula del "terrorismo internacional". Fuentes judiciales de Nápoles indicaron que está previsto que todos los detenidos sean trasladados a esa ciudad para comparecer ante el juez en las próximas horas con la acusación de asociación para delinquir con fines de terrorismo.
 
Los tres argelinos están relacionados con "células" del "Grupo salafista para la predicación y el combate en Europa". Según la Policía, que llevó a cabo la operación a raíz de una investigación de los servicios secretos militares (SISMI) en las ciudades de Nápoles, Brescia y Vicenza, el papel de los detenidos no era sólo logístico, sino "potencialmente operativo", y todos ellos tenían contactos internacionales.
 
En concreto, Bouhrama y Serai tenían contactos en Noruega, país en el que habían residido gracias a documentos falsos obtenidos en Francia. Según las primeras informaciones, uno de los tres había recibido además entrenamiento en campos de Afganistán y Chechenia, y mantenía contacto con personas investigadas por supuesto terrorismo en el Reino Unido.

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