LD (EFE) El presidente Zapatero intervino este mediodía en unas jornadas organizadas por “The Economist”, en las que subrayó su "confianza plena en las posibilidades de nuestro país" y añadió que "aquellos que proyectan pesimismo" en la economía "lo hacen únicamente porque no gobiernan y porque en el fondo tienen una escasa confianza en España y los españoles".
Frente a quienes auguran que las reformas territoriales pueden tener un "hipotético impacto negativo" en la economía, el jefe del Ejecutivo insistió en que la descentralización se ha mostrado "muy favorable tanto para la cohesión y la solidaridad como para la eficiencia económica" y ha supuesto un "aumento de la convergencia entre las regiones españolas". Al insistir en que el Estado es y seguirá siendo el "garante último" de la unidad de mercado y la solidaridad interterritorial, añadió que también lo será de la "existencia de una Seguridad Social común", así como de la provisión y gestión de grandes infraestructuras.
El Gobierno que preside, recordó, está "dispuesto a apoyar" las reformas estatutarias que están planteando diferentes comunidades, con la ampliación de sus cuotas de autogobierno "siempre dentro del marco de la Constitución", y añadió que dichas reformas "aportan mayor legitimación al conjunto de la acción política". En defensa de los efectos positivos de la descentralización económica, el presidente del Gobierno apuntó que las comunidades que partían de un nivel de desarrollo inferior a la media han progresado a un ritmo superior a la media nacional, y en los últimos veinticinco años "se han eliminado el 34 por ciento de las distancias en renta per cápita".
También señaló que el Gobierno espera se alcance un crecimiento económico de "al menos el 3,4 por ciento" del PIB al finalizar el año, superando así las previsiones iniciales, que son del 3,3 por ciento. Tras destacar el crecimiento de la demanda interna y de la inversión en bienes de equipo, afirmó que "además mejoran el turismo y las exportaciones", y a este respecto señaló que el mayor dinamismo de la economía mundial y el "repunte" en la zona euro "auguran una recuperación de la demanda interna en Europa", lo que "deberá impulsar una mejoría" de las ventas españolas al exterior. También subrayó el crecimiento del empleo y la reducción de la tasa de paro hasta el 8,4 por ciento, la más baja de 1979 y por debajo de la media europea.
El presidente del Gobierno reconoció los "desafíos" que la economía tiene que afrontar, especialmente el de contener la inflación, y señaló que "más de un tercio" del IPC actual, que se sitúa en el 3,5 por ciento, "se explica por el componente energético asociado al petróleo". En cualquier caso añadió que la inflación subyacente sigue siendo moderada y consideró que, aunque se mantengan los precios del petróleo en los niveles actuales, el IPC "se situará incluso por debajo del 2,5 por ciento en el último trimestre de 2006".
Frente a quienes auguran que las reformas territoriales pueden tener un "hipotético impacto negativo" en la economía, el jefe del Ejecutivo insistió en que la descentralización se ha mostrado "muy favorable tanto para la cohesión y la solidaridad como para la eficiencia económica" y ha supuesto un "aumento de la convergencia entre las regiones españolas". Al insistir en que el Estado es y seguirá siendo el "garante último" de la unidad de mercado y la solidaridad interterritorial, añadió que también lo será de la "existencia de una Seguridad Social común", así como de la provisión y gestión de grandes infraestructuras.
El Gobierno que preside, recordó, está "dispuesto a apoyar" las reformas estatutarias que están planteando diferentes comunidades, con la ampliación de sus cuotas de autogobierno "siempre dentro del marco de la Constitución", y añadió que dichas reformas "aportan mayor legitimación al conjunto de la acción política". En defensa de los efectos positivos de la descentralización económica, el presidente del Gobierno apuntó que las comunidades que partían de un nivel de desarrollo inferior a la media han progresado a un ritmo superior a la media nacional, y en los últimos veinticinco años "se han eliminado el 34 por ciento de las distancias en renta per cápita".
También señaló que el Gobierno espera se alcance un crecimiento económico de "al menos el 3,4 por ciento" del PIB al finalizar el año, superando así las previsiones iniciales, que son del 3,3 por ciento. Tras destacar el crecimiento de la demanda interna y de la inversión en bienes de equipo, afirmó que "además mejoran el turismo y las exportaciones", y a este respecto señaló que el mayor dinamismo de la economía mundial y el "repunte" en la zona euro "auguran una recuperación de la demanda interna en Europa", lo que "deberá impulsar una mejoría" de las ventas españolas al exterior. También subrayó el crecimiento del empleo y la reducción de la tasa de paro hasta el 8,4 por ciento, la más baja de 1979 y por debajo de la media europea.
El presidente del Gobierno reconoció los "desafíos" que la economía tiene que afrontar, especialmente el de contener la inflación, y señaló que "más de un tercio" del IPC actual, que se sitúa en el 3,5 por ciento, "se explica por el componente energético asociado al petróleo". En cualquier caso añadió que la inflación subyacente sigue siendo moderada y consideró que, aunque se mantengan los precios del petróleo en los niveles actuales, el IPC "se situará incluso por debajo del 2,5 por ciento en el último trimestre de 2006".