(Libertad Digital) ETA actualiza cada dos años las listas de empresas a las que realiza chantaje para que paguen a la banda asesina, lo que ella llama impuesto revolucionario. La lista de 2005 incluye las tres empresas contra las que recientemente la banda terrorista ha colocado bombas. Una forma de extorsión consiste en enviar a sus bases a realizar actos de boicot contra las empresas amenazadas, con lo cual por un lado otorga objetivos concretos para los actos de terrorismo callejero y por otro sirve de presión a las empresas extorsionadas, y les avisa de posibles atentados de mayor calado, si no ceden. También envían cartas a familiares directos de los empresarios. En alguno de los casos una empresa ha recibido hasta 15 mensajes por diversas vías.
Los empresarios que sí contribuyen a la financiación de la banda asesina buscan el modo para hacerlo de la forma más conveniente. Así, y según una información del diario El Mundo publicada este domingo, una parte de los empresarios pagan a plazos las cantidades exigidas por ETA, en períodos que en algún caso se extienden hasta 2008. Por otra parte, en la lista de 2005 se ve que hay sectores enteros, como el de la banca, que aparecían en la elaborada cuatro años antes y no han vuelto a verse en 2003 y 2005, como es el de la banca.
La información del diario madrileño revela asimismo que los efectivos del Instituto Armado han observado que las cuentas de resultados de las empresas que han dejado de estar en las listas de extorsionados por ETA (y que presuntamente han pasado a financiar a la banda) no han experimentado efectos negativos notables. Esto hace pensar que ETA extorsiona hasta el punto en que permite continuar a la empresa.