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Israel apuesta por la política liberal con Stanley Fischer como gobernador del Banco Central

La entrada del estadounidense Stanley Fischer como gobernador del Banco de Israel demuestra el interés del Gobierno por la política liberal que encarnó el ministro de Finanzas Benjamín Netanyahu. La sola noticia de la llegada a este puesto del profesor de macroeconomía y el buen panorama económico israelí han hecho subir la bolsa de Tel Aviv.

L D (Agencias) El nombramiento del estadounidense Stanley Fischer, como gobernador del Banco de Israel, aún pendiente de ratificación del Gabinete, corrobora la política económica liberal encarnada en el ministro de Finanzas, Benjamín Netanyahu, y por la que apuesta ahora el Gobierno israelí.

El ex primer ministro israelí, Netanyahu implantó una política liberal con la privatización de las más importantes empresas públicas, la bajada de impuestos y reformas estructurales, que buscan mayor eficacia y la reducción del sector público israelí. Es ejemplo la ya privatizada compañía aérea El Al, o la anunciada del Leumi Bank y del monopolio de las comunicaciones Bezeq. Todo ello bajo la atenta mirada y aprobación del Fondo Monetario Internacional (FMI), como se desprende de su último informe de 20 de diciembre de 2004.

Con un buen panorama económico y con el engorro de no ser israelí, Fischer, de 61 años, llega a Israel donde sólo la noticia de su nombramiento ha hecho subir la bolsa de Tel Aviv, informa Efe. Fisher es profesor de macroeconomía en la Universidad de Chicago, ha ocupado destacados cargos en el FMI, en el Banco Mundial y en la actualidad es vicepresidente del Citygroup. Fisher asesoró al Gobierno israelí en la década de los 80 y logró controlar y reducir una inflación que superó el 445% en 1984.

Los indicadores de la economía israelí son alentadores. La CBS (Central Bureau of Statistic) ha adelantado que el crecimiento del PIB será superior al 4%, que fue 1,3% en 2003. La tasa de inflación no va a superar el 1%. La balanza de pagos se encuentra equilibrada. El déficit público, aún muy elevado, con una desviación del 3 por ciento en el último ejercicio, se encuentra nuevamente bajo control. El tipo de interés, con tendencia a la baja, se sitúa en el 3,99 por ciento. Por otra parte, en agosto de 2004 se superó el millón de turistas, mientras que en el año 2002 sólo se alcanzaron los 861.800 visitantes.

Esta mejora económica, según el CBS, no se refleja aún en datos como el del paro, que se resiste a bajar, y que alcanza una tasa del 10,6% y afecta a casi 300.000 trabajadores. No obstante, se espera terminar el año con 70.000 nuevos empleos creados casi de forma exclusiva en el sector privado, frente a los 19.000 empleos que se crearon en 2001, todos ellos en el sector público.

Los israelíes que no pueden hacer frente al pago de sus hipotecas suman 70.000 y representan un 6,5% del total de los préstamos otorgados. El tipo de interés de los préstamos hipotecarios es del 5,28 por ciento de media para plazos superiores a 20 años.

Sin embargo -según analistas-, el auge de las empresas de alta tecnología, entre las que destacan, las farmacéuticas, como Teva, las informáticas y las de telecomunicaciones, resulta incuestionable con crecimientos de ingresos que alcanzaban hasta noviembre de 2004, un 972 por ciento en las industrias del software y un 883 por ciento en las pertenecientes al sector de las comunicaciones.

Bajo el lema de Netanyahu "los impuestos bajos son la manera más eficaz de animar el crecimiento", Israel ha emprendido una progresiva reducción impositiva, que acaba de entrar en vigor en 2005. En 2006 se preven nuevas bajadas. Aunque, según los analistas, la reducción del sector público se puede ver frenada por la entrada de los laboristas en el Gobierno.

El Ejército teme la anunciada privatización de la industria militar y el futuro leasing de sus vehículos. La salida de Gaza de 7.000 colonos con unos costos de indemnización de al menos 200.000 dólares por familia va a suponer un reto para el equilibrio presupuestario de este ejercicio. La "Intifada" ha costado a Israel 12.000 millones de dólares y a la ANP, 4.500 en los últimos cuatro años, según datos del Business Data Israel (BDI).

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