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Maragall pide disculpas en el Parlamento catalán por la "estupidez" de la corona de espinas

El presidente de la Generalidad, Pasqual Maragall, se disculpó este jueves en el pleno del Parlamento catalán por la "estupidez que no venía a cuento de nada" que supuso la escena de la fotografía al líder de ERC, Josep Lluís Carod Rovira, y al consejero de Economía y Finanzas, Antoni Castells, tocados con una corona de espinas en Jerusalén pero aseguró que el "éxito" del viaje a Israel, Palestina y Jordania "no quedará enturbiado por muchas fotos que se hayan publicado". Irónicamente, Piqué felicitó a Maragall por su "contribución al movimiento ecunémico" al conseguir unir a todas las religiones en sus críticas.

El presidente de la Generalidad, Pasqual Maragall, se disculpó este jueves en el pleno del Parlamento catalán por la "estupidez que no venía a cuento de nada" que supuso la escena de la fotografía al líder de ERC, Josep Lluís Carod Rovira, y al consejero de Economía y Finanzas, Antoni Castells, tocados con una corona de espinas en Jerusalén pero aseguró que el "éxito" del viaje a Israel, Palestina y Jordania "no quedará enturbiado por muchas fotos que se hayan publicado". Irónicamente, Piqué felicitó a Maragall por su "contribución al movimiento ecunémico" al conseguir unir a todas las religiones en sus críticas.
L D (Europa Press) La sesión de control en el Parlamento tuvo como tema monográfico el último viaje del presidente de la Generalidad y las polémicas suscitadas por la "guerra de banderas" y la ya citada corona de espinas. Maragall no tuvo inconveniente en disculparse nuevamente por la foto a instancias del presidente de CiU, Artur Mas, al igual que ya había hecho ante el Arzobispo de Barcelona pero advirtió que "no admitiré" que se aproveche desde la oposición una "estupidez" que "no venía a cuento de nada" para "minimizar los objetivos del viaje".
 
Según Maragall, "el prestigio de Cataluña no depende de una foto" y lamentó el "deseo desconsiderado y enorme" de la oposición de rebajar los objetivos del viaje. Maragall sostuvo que "la imagen" de Cataluña en Israel, Palestina y Jordania es "muy buena" y destacó que "nunca habíamos estado en Oriente Medio ni en el Mediterráneo con tanta fuerza" como desde que el tripartito está en el Gobierno. Es más, aseguró que "los frutos políticos del viaje se podrán ver en noviembre", durante la Cumbre Euromediterránea de Barcelona. En cualquier caso, aseguró que "no hemos ido a poner ni a quitar banderas" pese a "comentarios y algún error" y manifestó su pretensión de que los viajes de la Presidencia de la Generalidad se queden un simples piezas de "lucimiento simbólico interior, sino que es más importante el efecto allí que aquí".
 
Aún así, sí admitió que "no nos conviene que el reflejo interior desluzca los éxitos sobre el terreno". Maragall destacó la "dedicación y constancia" del Gobierno de la Generalidad en aspectos de la política exterior como la cooperación y aseguró que "no descarto mejorar los instrumentos" creando una Consejería de Exteriores, tal y como planteó el portavoz parlamentario de ERC, Joan Ridao, como vía para mejorar los resultados.
 
Felicitaciones de Piqué por unir a las religiones en sus críticas
 
Maragall respondía así a los ataques de CiU y PP, aunque fue el presidente de los populares, Josep Piqué, quien cargó con más dureza contra el presidente catalán. Piqué pidió a Maragall que "defienda la dignidad" de la presidencia de la Generalidad y deje de comportarse como "un turista despistado", pero sobre todo, pidió que "destituya a los responsables, porque si usted pudiera destituirse a sí mismo también debería ser destituido". No obstante, Piqué felicitó a Maragall por su "contribución al movimiento ecuménico", ya que "difícilmente se puede encontrar más sintonía entre las religiones monoteístas del mundo, católicos, protestantes, musulmanes o judíos, que a la hora de criticar lo que usted ha protagonizado".

El presidente de CiU, Artur Mas, quiso recordar que "el prestigio internacional de Cataluña es fruto de muchos años de Gobierno de CiU" e incluso insinuó que si en 1995 se pudo celebrar la Cumbre de Barcelona fue gracias al apoyo de los nacionalistas a un agónico Gobierno de Felipe González. Mas recomendó a Maragall que "pida disculpas ante el pueblo de Cataluña", que se siente "avergonzado" por escenas como la de la corona de espinas, y lamentó que el Gobierno de la Generalidad se haya convertido en una especie de "casa de los líos". Por ello, recomendó al presidente que "haga una reflexión personal de cómo se ejerce la Presidencia de la Generalidad", algo en lo que "no le podemos ayudar".

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