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El Pamesa sorprende al campeón Unicaja y se convierte en el primer finalista de la Copa del Rey (87-74)

El Unicaja partía como principal favorito para revalidar el título de Copa del Rey que logró el año pasado en Zaragoza, pero la maldición del torneo también ha pesado sobre el conjunto malagueño, apartado de la final al perder ante el Pamesa Valencia. Pese a su teórica inferioridad, el equipo de Ricard Casas ha realizado un gran partido de semifinales y este domingo estará en la final (19.00 horas), donde se medirá al Tau Cerámica, que se ha tomado cumplida venganza de la pasada final de la ACB al derrotar al Real Madrid.

El Unicaja partía como principal favorito para revalidar el título de Copa del Rey que logró el año pasado en Zaragoza, pero la maldición del torneo también ha pesado sobre el conjunto malagueño, apartado de la final al perder ante el Pamesa Valencia. Pese a su teórica inferioridad, el equipo de Ricard Casas ha realizado un gran partido de semifinales y este domingo estará en la final (19.00 horas), donde se medirá al Tau Cerámica, que se ha tomado cumplida venganza de la pasada final de la ACB al derrotar al Real Madrid.

L D (EFE) El Unicaja, llevaba trece victorias consecutivas y no conocía la derrota en 2006, pero también ha caído en la maldición que desde hace dieciocho años acompaña a los campeones de la Copa y que les impide ganar dos ediciones de forma consecutiva. El defensor del título tuvo enfrente un adversario preparado mental y tácticamente para jugarle de tú a tú. Los líderes naturales de los dos equipos, Jorge Garbajosa en el malagueño y Vule Avdalovic en el valenciano, cayeron en las redes que les tendieron las pizarras y perdieron protagonismo, pero en su lugar surgieron otros hombres que supieron asumir el rol de sus compañeros y que, en el caso de los valencianos, ejecutaron el planteamiento táctico previsto con precisión de cirujano.

Walter Herrmann reemplazó a Garbajosa en el Unicaja, mientras que Mindaugas Timinskas, ayudado por Junior Harrington, el de Avdalovic en el cuadro azulejero. La formación andaluza también tuvo que compensar el vacío del puertorriqueño Daniel Santiago, que como el internacional español y el base serbio pasaron a un segundo plano en la primera mitad. Garbajosa pasó el primer cuarto inédito en ataque y en el segundo sólo anotó dos puntos. Santiago aportó cinco y poco más, pues fue otro de los engullidos por la defensa del Pamesa. Aunque el Unicaja intentó marcar el paso desde el principio (0-7, m.2) y encontró en Herrmann un excelente desahogo para anotar y rebotear, los 'taronjas' tomaron el control del ritmo a través de Timinskas y otro buen partido de Albert Miralles.

El lituano y el pívot de la selección española dejaron al Pamesa por delante al final del primer corte con siete puntos entre ambos (22-21). La zona impuesta por Ricard Casas había frenado a Garbajosa, a Marcus Brown y a Santiago. Con esa defensa continuó en el segundo cuarto y siguió dando problemas a los malagueños. Avdalovic, casi inadvertido en ataque, pasó a jugar como escolta con Harrington en la dirección. El serbio supo aplicarse en misiones poco vistosas pero básicas para los intereses valencianos. Y Harrington, al fin, pudo justificar la calidad que la ha llevado a la Fuente de San Luis, donde aún no se le aprecia en su justa medida, a través de una acertada orientación de las posesiones.

Timinskas, autor de 13 puntos en los dos primeros cuartos, puso la parte que faltaba para concretar el control del Pamesa en el marcador (42-39, m.20). Los andaluces, igual que en la eliminatoria de cuartos frente al Gran Canaria, cerraron la primera parte sin imponer la superioridad que le atribuían los pronósticos. Y tampoco pudieron hacerlo en el tercero. El equipo de Casas sacó otro conejo de la chistera para terminar de moverse por delante en distancias ajustadas y dar un paso adelante hacia la final. Ese 'conejo' fue Rubén Garcés. La alianza entre el ex estudiantil, Timinskas y el magnífico Blake Stepp pusieron al Unicaja en la cuerda floja en la clausura del tercer corte (65-56).

Stepp aumentó un poco más la presión sobre los valencianos con un 2+1 al principio del último cuarto (69-56). El escolta capitalizaba la eliminatoria en el enésimo relevo de protagonistas sobre la pista del Palacio de los Deportes. Y al Unicaja se le escurría la final (72-61, m.35). Golpeó de nuevo Stepp, también el griego Sklavos y los últimos campeones, huérfanos de Garbajosa y limitados a las apariciones de Marcus Brown como escapatoria para la eficaz zona del Pamesa, buscaron el milagro desde la pasión, pero sin las respuestas para desbancar a un rival que supo jugar su partido, hacer valer las virtudes individuales que posee en el momento justo y trabajar como un bloque. Así se ganan los títulos. El Pamesa levantó el primero y último hace ocho años. En 2000 disputó la final en Vitoria y ahora, en 2006, vuelve a la carga.

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