España supera los cinco millones de conexiones de banda ancha

L D (Agencias) Según el informe hecho público este jueves, todavía hay un millón de abonados telefónicos que no tienen cobertura ADSL y 16 millones no tiene acceso al cable. A 31 de enero había en España 5.108.499 conexiones de banda ancha de las que 3.557.058 eran ADSL de Telefónica, 1.073.000 cable y el resto otros ADSL distintos a la planta de Telefónica.

 

Respecto a las 138.498 nuevas líneas, 73.816 fueron ADSL de Telefónica, 21.000 cable y el resto ADSL distinto a la planta de Telefónica. El crecimiento interanual de la banda ancha se situó en 1.626.269, un 47 por ciento más que hace un año.

 

La Asociación de Internautas ha insistido en que se mantienen los desequilibrios territoriales, ya que el 80 por ciento de las conexiones de las líneas de banda ancha corresponden a zonas urbanas y sólo entre Madrid y Barcelona suman el 40 por ciento de todas las líneas.

 

 

Por otro lado, la Asociación de Usuarios de Internet (AUI) solicitó una normativa específica que simplifique el cambio de proveedor y evite el secuestro de líneas, las altas falsificadas y la mala calidad del ADSL. Los problemas derivados del cambio de proveedor de Internet, propone la AUI, "tendrían fácil solución aplicando una normativa similar a la que existe cuando se cambia la hipoteca de un banco a otro", aseguran.

 

Según denunció la asociación en un comunicado, esta situación, que afecta a miles de personas, puede solucionarse aplicando una normativa se puede simplifique en los siguientes pasos: en primer lugar, que para cambiar de proveedor sólo sea necesario dirigirse al nuevo, siendo éste quien gestione los trámites, que el cambio se complete con un contrato suscrito por ambas partes, y que exista un marco regulatorio que permita y obligue a las partes implicadas a que se establezcan los canales y procedimientos para estos fines.

 

La AUI criticó además que con una regulación apropiada se evitaría el 87 por ciento de las denuncias, y que con ella se establecerían una serie de garantías para el usuario, "evitando los abusos de las compañías que dan el alta sin permiso de los usuarios (slamming)", y los obstáculos que pone el proveedor que pierde al cliente, ya que los trámites los realizaría el nuevo.