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Benedicto XVI analiza el amor de Dios al hombre en la primera encíclica de su pontificado

El Papa ha publicado este miércoles la primera encíclica desde que ocupa el cargo con el título de "Deus Caritas est" (Dios es amor). Benedicto XVI invita con esta "guía principal de la fe cristiana" a "vivir el amor y, así, llevar la luz de Dios al mundo". El texto, dividido en dos partes, analiza "el amor que Dios, de manera gratuita y misteriosa ofrece al hombre" en primer lugar, y después trata de "cómo cumplir el mandamiento del amor al prójimo".

El Papa ha publicado este miércoles la primera encíclica desde que ocupa el cargo con el título de "Deus Caritas est" (Dios es amor). Benedicto XVI invita con esta "guía principal de la fe cristiana" a "vivir el amor y, así, llevar la luz de Dios al mundo". El texto, dividido en dos partes, analiza "el amor que Dios, de manera gratuita y misteriosa ofrece al hombre" en primer lugar, y después trata de "cómo cumplir el mandamiento del amor al prójimo".
L D (Europa Press) La publicación coincide con la clausura de la Semana de la Oración por la Unidad de los Cristianos. Benedicto XVI expone en la introducción del texto su "deseo" de "hablar del amor, del cual Dios nos colma, y que nosotros debemos comunicar a los demás". El Papa explica la división de la encíclica en dos partes "íntimamente relacionadas entre sí. La primera tendrá un carácter más especulativo, puesto que en ella quisiera precisar –al comienzo de mi pontificado– algunos puntos esenciales sobre el amor que Dios, de manera misteriosa y gratuita, ofrece al hombre y, a la vez, la relación intrínseca de dicho amor con la realidad del amor humano. La segunda parte tendrá una índole más concreta, pues tratará de cómo cumplir de manera eclesial el mandamiento del amor al prójimo".
 
Esta reflexión sobre el amor divino visto como fundamento de la misión eclesial de la caridad, fechada el pasado 25 de diciembre, ha sido traducida al español, portugués, alemán, inglés, francés e italiano y consta de dos partes, tituladas, respectivamente, 'La unidad del amor en la creación y en la historia de la salvación' y '"Caritas", el ejercicio del amor por parte de la Iglesia', que se unen a una 'Introducción' y una 'Conclusión'. Todo ello suma 27 páginas divididas en 42 puntos. La primera parte está dividida en cinco temas que abarcan del punto 2 al 18: 'Un problema de lenguaje', 'Diferencia y unidad', 'La novedad de la fe bíblica', 'Jesucristo, el amor de Dios encarnado' y 'Amor a Dios y amor al prójimo'.
 
Joseph Ratzinger explica en estas páginas la "relación" entre el amor y lo divino, que se materializa cuando la persona, como criatura unitaria, hace madurar el amor "hacia su verdadera grandeza". Según el Papa, "el eros orienta al hombre hacia el matrimonio, un vínculo marcado por su carácter único y definitivo". Así, la unión matrimonial "basada en un amor exclusivo y definitivo se convierte en el icono de la relación de Dios con su pueblo y, viceversa, el modo de amar de Dios se convierte en la medida del amor humano".
 
El segundo bloque trata sobre la caridad eclesial y aborda los siguientes temas distribuidos en los puntos del 19 al 39: 'La caridad de la Iglesia como manifestación del amor trinitario', 'La caridad como tarea de la Iglesia', 'Justicia y caridad', 'Las múltiples estructuras de servicio caritativo en el contexto social actual', 'El perfil específico de la actividad caritativa de la Iglesia' y 'Los responsables de la acción caritativa de la Iglesia'. El Papa explica que "necesitaba evidenciar que el acto personal del 'ágape' (amor fundado en la fe y plasmado en ella, ascendente y posesivo) no puede nunca permanecer como cosa meramente individual, sino que debe convertirse en un acto esencial de la Iglesia como comunidad".
 
Así, "toda la actividad de la Iglesia es una expresión de un amor que busca el bien integral del ser humano", tanto "su evangelización" como "su promoción en los diversos ámbitos de la actividad humana". Pero, a su entender, la Iglesia "no puede ni debe" emprender por cuenta propia la empresa política de realizar la sociedad más justa posible, pero tampoco "quedarse al margen en la lucha por la justicia". "La sociedad justa no puede ser obra de la Iglesia, sino de la política. No obstante, le interesa sobremanera trabajar por la justicia", según Benedicto XVI.
 
La encíclica constituye una continuación del borrador de la que inició su antecesor, Juan Pablo II, sobre la caridad, que no pudo llegar a concluir. Además, el Santo Padre cita a su predecesor en esta parte de su carta, corroborando lo que dijo en su Encíclica 'Sollicitudo rei socialis', "cuando declaró la disponibilidad de la Iglesia católica a colaborar con las organizaciones caritativas de iglesia y comunidades". El texto concluye con la afirmación de que  "el amor es posible, y nosotros podemos ponerlo en práctica porque hemos sido creados a imagen de Dios. Vivir el amor y, así, llevar la luz de Dios al mundo: a esto quisiera invitar con esta Encíclica", asevera.

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