LD (EFE) Una pequeña mezquita que acoge la tumba del padre del dictador Sadam Husein quedó destruida por la explosión de una bomba colocada en el templo. Este atentado tiene lugar apenas una semana después del ataque que destruyó un santuario venerado por los chiíes en Samarra (al norte de la capital) y originó numerosos episodios de violencia secretaria en el país.
El clérigo chií Muqtada al-Sadr acusó hace dos días a los "terroristas" y los "baasistas" leales a Sadam Husein de estar detrás del ataque contra el mausoleo del imán Ali al-Hadi, uno de los doce imames más importantes para el chiísmo.
"Cuando la Policía llegó al lugar donde está la mezquita, en el sur de Tikrit encontró que el templo fue completamente destruido", dijeron las fuentes. El ataque contra ese templo se produjo después de que el propio Sadam Husein hiciera un llamamiento desde su cárcel, a través de uno de sus abogados, para que los chiíes y suníes de Irak se unan y eviten un conflicto sectario en el país.
Por otra parte, el Gobierno iraquí ha informado en un comunicado que un total de 394 detenidos iraquíes que estaban recluidos en cárceles controladas por las tropas estadounidense. La puesta en libertad de estas personas fue posible gracias a la decisión de una comisión conjunta iraquí-estadounidense encargada de revisar el caso de los iraquíes detenidos en relación con acciones de violencia.