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El Banco de España pide más impulso a las reformas laborales para corregir la pérdida de competitividad

El Producto Interior Bruto creció el 3,4 por ciento el año pasado, tres décimas más que en 2004, y la creación de empleo aumentó el tres por ciento, cuatro décimas más, según el último boletín económico del Banco de España. Sin embargo, la entidad considera "deseable" un impulso "más firme en la reforma del mercado de trabajo y de la negociación colectiva" para elevar la competitividad sin perjudicar al empleo.

El Producto Interior Bruto creció el 3,4 por ciento el año pasado, tres décimas más que en 2004, y la creación de empleo aumentó el tres por ciento, cuatro décimas más, según el último boletín económico del Banco de España. Sin embargo, la entidad considera "deseable" un impulso "más firme en la reforma del mercado de trabajo y de la negociación colectiva" para elevar la competitividad sin perjudicar al empleo.
L D (Agencias) El Banco de España valora "la respuesta de la política económica" del Gobierno a la pérdida de competitividad, aunque considera que "sería deseable" un impulso "más firme en la reforma del mercado de trabajo y de la negociación colectiva" para elevar la competitividad sin perjudicar al empleo.
 
En su último Boletín Económico, la entidad advierte de que "la persistencia de crecimientos comparativamente elevados de los costes y precios en España amplía las pérdidas de competitividad y tiende a hacer más gravosa una eventual corrección de los desequilibrios que, hasta el momento, siguen acumulándose".

En ese contexto, precisa, la respuesta de la política económica debe encaminarse a "favorecer la flexibilidad de precios y salarios" y fomentar la productividad sin "deteriorar el crecimiento del empleo". El Banco de España cree que el Plan Nacional de Reformas del Gobierno "se orienta en esa dirección", aunque le haría falta un mayor impulso en la reforma del mercado de trabajo y de la negociación colectiva.
 
La construcción registró una expansión aún más intensa
 
El último Boletín de la entidad recuerda que, "en consonancia con las dificultades registradas por los productos españoles más expuestos a la competencia internacional", la industria "experimentó un crecimiento reducido en 2005, aunque con una leve recuperación en verano que parece haberse mantenido en los meses finales del año". Por el contrario, la actividad constructora registró una "expansión aún más intensa que en 2004", con tasas de crecimiento del valor añadido cercanas al seis por ciento. Los servicios, por su parte, presentaron una ligera tendencia a la aceleración y cerraron el año con un crecimiento cercano al cuatro por ciento.
 
El crecimiento del empleo fue similar al del valor añadido, aunque "más pronunciado". En términos agregados, el empleo tendió a acelerarse en 2005 (creció el 4,9 por ciento según la EPA) y estabilizó su crecimiento en el cuarto trimestre. Según los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA), en 2005, el empleo se aceleró en los servicios y mantuvo un "elevado dinamismo en la construcción, aunque con cierta ralentización".
 
La industria, sin embargo, pese a varios meses de recuperación, volvió a destruir empleo, mientras que la agricultura generó puestos de trabajo a un ritmo del 2,5 por ciento. El Banco de España precisa que la fuerte generación de empleo en la construcción intensificó las caídas de la productividad aparente en el sector, mientras que en la industria y los servicios, las ganancias de productividad fueron del uno por ciento.
 
Mucha temporalidad y baja productividad
 
La entidad advierte en su último Boletín que, en 2005, el empleo temporal tuvo "un comportamiento muy dinámico" (creció el 11,2 por ciento), "muy por encima" del empleo indefinido (3,4 por ciento), lo que elevó la tasa de temporalidad al 33,8 por ciento. La distribución del empleo por sectores y el "importante peso que sigue teniendo la contratación temporal ayudan a explicar la evolución de los costes laborales", precisa el Boletín.
 
Así, aunque el aumento de los salarios de convenio se aproximó al 3,6 por ciento en 2005 (el tres por ciento de aumento pactado para el año más seis décimas por las cláusulas de salvaguarda de 2004), la remuneración por asalariado se estabilizó (creció el 2,4 por ciento) y creció menos que en 2004, "reflejando, al menos en parte, la composición del empleo creado", insiste la entidad.
 
El Banco de España explica que esta desaceleración de la remuneración se ha transmitido a los costes laborales unitarios pero, debido al actual contexto de "avances muy reducidos de la productividad", el diferencial de costes entre España y los países con los que compite "sigue siendo muy amplio". Ese diferencial, unido al de los precios, ha hecho que en 2005 España amplíe su pérdida de competitividad, reitera el Boletín.

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