L D (EFE) El Barcelona salda así su pase a cuartos en el compromiso teóricamente más cómodo de los que debía afrontar en las tres últimas jornadas. Y eso que el Zalgiris salió a la pista del Palau Blaugrana dispuesto a plantar cara y agotar sus opciones en esta segunda fase, como lo demostraba al protagonizar de inicio un parcial de 0-7. No obstante, Dusko Ivanovic ya había reaccionado cuando el marcador era sólo de 0-2 y únicamente habían transcurrido 42 segundos de partido para tapar la vía de agua. El técnico serbio se había dado cuenta de inmediato de que Lavrinovic, que anotó cinco de los siete primeros puntos de su equipo, era un jugador demasiado dinámico para que lo defendiese Marconato, así que sentó al italiano y puso en pista a Jordi Trias.
Con dos cuatros, Trias y Gregor Fucka, el Barça logró rehacerse de ese 0-7 e igualar el marcador a los cinco minutos (9-9). El empate se repetiría hasta en cuatro ocasiones más en ese primer cuarto sin que los barcelonistas consiguiesen ponerse por delante hasta llegar al segundo periodo. Un 26-24 en el minuto 13 fue la primera ventaja del equipo catalán, que aumentaría las diferencias hasta los seis puntos con los que se llegó al descanso (42-36). El equilibrio había sido la tónica de toda la primera mitad, pero ésta se rompió en la segunda, a medida que el Barça fue encadenando máximas que, en el minuto 23, se situaban ya por encima de los diez puntos a su favor (47-36).
Apenas respondían las diferencias a una simple cuestión de profundidad de banquillo, porque ni el ataque azulgrana era fluido ni su defensa hacía más que dejar en evidencias las carencias del Zalgiris. Parecía evidente que el conjunto catalán tenía que sentenciar en ese momento para evitarse complicaciones al final, pero ninguno de sus jugadores contaba con la inspiración necesaria como para tirar del carro. Ivanovic pidió tiempo muerto en el minuto 26 cuando las diferencias se habían reducido a cinco puntos (47-42), pero siguió sin encontrar remedio a una sangría que puso al conjunto lituano a un solo paso del empate (47-46, m.28). Los porcentajes de tiro iban a peor y el panorama se complicaba de cara al último, cuarto cuando dos buenas defensas y otros tantos contragolpes dejaron las cosas en un 53-46 al término del tercer cuarto que resultaba mucho más cómodo para afrontar los diez últimos minutos de partido.
Un triple de Navarro en ese último período y un posterior contraataque de Kakiouzis un tras robo de balón de Shammond Williams situaron las diferencias por encima de los doce puntos (60-48, m.33) que dejaba la victoria en franquicia al cuadro azulgrana. Antanas Sireika pidió tiempo muerto, pero el Winterthur Barcelona ya había puesto tierra de por medio y, gracias a una buena defensa, especialmente de Rodrigo de la Fuente, y a un mayor acierto de Navarro en ataque, se llegaron a máximas de dieciocho puntos (68-50 y 71-53) para acabar en el 81-69 final que clasificaba al conjunto azulgrana para los cuartos de final de la Euroliga y, de paso, suponía la eliminación definitiva del Unicaja.
Con dos cuatros, Trias y Gregor Fucka, el Barça logró rehacerse de ese 0-7 e igualar el marcador a los cinco minutos (9-9). El empate se repetiría hasta en cuatro ocasiones más en ese primer cuarto sin que los barcelonistas consiguiesen ponerse por delante hasta llegar al segundo periodo. Un 26-24 en el minuto 13 fue la primera ventaja del equipo catalán, que aumentaría las diferencias hasta los seis puntos con los que se llegó al descanso (42-36). El equilibrio había sido la tónica de toda la primera mitad, pero ésta se rompió en la segunda, a medida que el Barça fue encadenando máximas que, en el minuto 23, se situaban ya por encima de los diez puntos a su favor (47-36).
Apenas respondían las diferencias a una simple cuestión de profundidad de banquillo, porque ni el ataque azulgrana era fluido ni su defensa hacía más que dejar en evidencias las carencias del Zalgiris. Parecía evidente que el conjunto catalán tenía que sentenciar en ese momento para evitarse complicaciones al final, pero ninguno de sus jugadores contaba con la inspiración necesaria como para tirar del carro. Ivanovic pidió tiempo muerto en el minuto 26 cuando las diferencias se habían reducido a cinco puntos (47-42), pero siguió sin encontrar remedio a una sangría que puso al conjunto lituano a un solo paso del empate (47-46, m.28). Los porcentajes de tiro iban a peor y el panorama se complicaba de cara al último, cuarto cuando dos buenas defensas y otros tantos contragolpes dejaron las cosas en un 53-46 al término del tercer cuarto que resultaba mucho más cómodo para afrontar los diez últimos minutos de partido.
Un triple de Navarro en ese último período y un posterior contraataque de Kakiouzis un tras robo de balón de Shammond Williams situaron las diferencias por encima de los doce puntos (60-48, m.33) que dejaba la victoria en franquicia al cuadro azulgrana. Antanas Sireika pidió tiempo muerto, pero el Winterthur Barcelona ya había puesto tierra de por medio y, gracias a una buena defensa, especialmente de Rodrigo de la Fuente, y a un mayor acierto de Navarro en ataque, se llegaron a máximas de dieciocho puntos (68-50 y 71-53) para acabar en el 81-69 final que clasificaba al conjunto azulgrana para los cuartos de final de la Euroliga y, de paso, suponía la eliminación definitiva del Unicaja.