L D (EFE) Según el escrito del fiscal los hechos que provocaron la catástrofe de Chinchilla se consideran constitutivos de 19 delitos de homicidio por imprudencia y 48 delitos de lesiones por imprudencia grave, delitos para los que el Código Penal en su artículo 77 establece una pena máxima de cuatro años de prisión. Así, el fiscal pide dos años y 181 días de prisión (el mínimo del tramo superior) e inhabilitación para desarrollar las funciones de factor de circulación durante cinco años, así como indemnizaciones para las víctimas del accidente que resultaron heridas y para los herederos de los fallecidos.
Las indemnizaciones se pagarán en todos los casos, según el documento del fiscal, con intereses legales, "debiendo declararse la responsabilidad civil directa de la compañía Mapfre Industrial (con la que Renfe tenía concertada una póliza de responsabilidad civil en el momento de los hechos) y la subsidiaria de la empresa Renfe".
En cuanto a las pruebas que el fiscal solicita para el juicio oral, se recaba de Renfe la cinta con las transcripciones originales sin editar de las conversaciones telefónicas efectuadas desde o con el Gabinete de Chinchilla desde las 18.00 a las 23.00 horas del día 3 de junio de 2003 y se llama a declarar a 65 testigos. Los hechos ocurrieron el día 3 de junio de 2003 cuando dos trenes, un Talgo de pasajeros y otro de mercancías, chocaron frontalmente ocasionando la muerte de 19 personas y al menos sesenta heridos de diferente consideración.
Sucedió cuando un tren Talgo procedente de Madrid con cuatro tripulantes y 82 viajeros a bordo se disponía a entrar en la zona de influencia de la estación de Chinchilla y el acusado supuestamente realizó las maniobras para que el tren se detuviera en la vía 4, por lo que se puso en funcionamiento el sistema de seguridad ASFA que gracias al frenado automático impide que el tren rebase el semáforo rojo.
El Talgo se detuvo en Chinchilla a las 21.39 horas, pero el jefe de estación supuestamente olvidó que la vía estaba concedida al tren mercancías y, una vez detenido el Talgo, accionó el panel de mandos del Gabinete de Circulación y actuó sobre los interruptores que situaban el semáforo de salida en verde. Esta actuación anuló el sistema de seguridad ASFA que impedía que el mercancías llegase a la estación de Chinchilla en tanto no se colocase de nuevo la señal semafórica en rojo.
Así, una vez que el maquinista del Talgo recibió del acusado el boletín de órdenes y lo firmó a las 21.40 horas, reanudó la marcha y al estar el semáforo en verde, el sistema de seguridad no se accionó y el tren abandonó la estación en dirección a Murcia por la misma vía donde unos mil metros más allá, pero en sentido contrario, circulaba el mercancías. El tren mercancías llevaba una velocidad de 94 kilómetros por hora, velocidad que se redujo hasta los 70,3 kilómetros al pisar la señal avanzada L1, de manera que a las 21.42 horas se produjo una fortísima colisión frontal entre ambos trenes.
Las indemnizaciones se pagarán en todos los casos, según el documento del fiscal, con intereses legales, "debiendo declararse la responsabilidad civil directa de la compañía Mapfre Industrial (con la que Renfe tenía concertada una póliza de responsabilidad civil en el momento de los hechos) y la subsidiaria de la empresa Renfe".
En cuanto a las pruebas que el fiscal solicita para el juicio oral, se recaba de Renfe la cinta con las transcripciones originales sin editar de las conversaciones telefónicas efectuadas desde o con el Gabinete de Chinchilla desde las 18.00 a las 23.00 horas del día 3 de junio de 2003 y se llama a declarar a 65 testigos. Los hechos ocurrieron el día 3 de junio de 2003 cuando dos trenes, un Talgo de pasajeros y otro de mercancías, chocaron frontalmente ocasionando la muerte de 19 personas y al menos sesenta heridos de diferente consideración.
Sucedió cuando un tren Talgo procedente de Madrid con cuatro tripulantes y 82 viajeros a bordo se disponía a entrar en la zona de influencia de la estación de Chinchilla y el acusado supuestamente realizó las maniobras para que el tren se detuviera en la vía 4, por lo que se puso en funcionamiento el sistema de seguridad ASFA que gracias al frenado automático impide que el tren rebase el semáforo rojo.
El Talgo se detuvo en Chinchilla a las 21.39 horas, pero el jefe de estación supuestamente olvidó que la vía estaba concedida al tren mercancías y, una vez detenido el Talgo, accionó el panel de mandos del Gabinete de Circulación y actuó sobre los interruptores que situaban el semáforo de salida en verde. Esta actuación anuló el sistema de seguridad ASFA que impedía que el mercancías llegase a la estación de Chinchilla en tanto no se colocase de nuevo la señal semafórica en rojo.
Así, una vez que el maquinista del Talgo recibió del acusado el boletín de órdenes y lo firmó a las 21.40 horas, reanudó la marcha y al estar el semáforo en verde, el sistema de seguridad no se accionó y el tren abandonó la estación en dirección a Murcia por la misma vía donde unos mil metros más allá, pero en sentido contrario, circulaba el mercancías. El tren mercancías llevaba una velocidad de 94 kilómetros por hora, velocidad que se redujo hasta los 70,3 kilómetros al pisar la señal avanzada L1, de manera que a las 21.42 horas se produjo una fortísima colisión frontal entre ambos trenes.