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El Joventut se proclama campeón de la Copa FIBA tras derrotar al Khimki ruso (63-88)

Doce años después, el DKV Joventut ha vuelto a lo más alto de la elite del baloncesto europeo al conquistar en Kiev la Copa FIBA tras imponerse en la final al Khimki ruso y alzarse con un título que releva a la Liga Europea de 1994. El equipo de Badalona ha dejado claro en Ucrania que el baloncesto ACB está muy por encima del que se practica en el este de Europa, con la excepción que encarna el CSKA de Moscú.

Doce años después, el DKV Joventut ha vuelto a lo más alto de la elite del baloncesto europeo al conquistar en Kiev la Copa FIBA tras imponerse en la final al Khimki ruso y alzarse con un título que releva a la Liga Europea de 1994. El equipo de Badalona ha dejado claro en Ucrania que el baloncesto ACB está muy por encima del que se practica en el este de Europa, con la excepción que encarna el CSKA de Moscú.
L D (EFE) El Khimki había sorprendido al DKV Joventut cuando ambos cuadros se vieron las caras en una anterior ronda, pero sólo porque los verdinegros lo desconocían todo sobre el rival. Aquella vez, los verdinegros cayeron por 29 puntos (95-66), pero se apuntaron todos y cada uno de los recursos rusos y, primero en Badalona (83-67) y ahora en Kiev, han demostrado que el equipo de Sergey Elevich ya no le podía hacer sombra.

El DKV Joventut está de nuevo entre los campeones europeos, aunque sea de la que unos consideran por calidad la tercera competición continental y otros, como la segunda. En cualquier caso, el club catalán quería reencontrarse con esa sensación de alzar un título de este tipo doce años después de haber conquistado la Liga Europea y dejó al Khimki sin opción alguna de principio a fin. El conjunto badalonés descubrió muy rápido que el cuadro ruso le iba a dar las mismas facilidades que el Kiev en la semifinal del viernes.

El equipo español tuvo la suficiente vista como para que las bajas bajo los aros con las que llegaba a la Final a Cuatro, las de Aloysius Anagonye y Yesse Young, sólo le pesaran con el partido ya resuelto y que las eliminaciones de Andrew Betts, Robert Archibald y Dmitri Flis sirvieran únicamente para que los jóvenes Pau Ribas y, sobre todo, Henk Norel, inéditos hasta entonces en Ucrania, dispusiesen de algunos minutos de gloria. Melvin Booker, en los inicios del encuentro, intentó aguantar un poco, secundado en la pintura por Alexander Petrenko y Rubén Wolkowisky.

El equipo de Aíto García Reneses tardó tres minutos en anotar sus primeros dos puntos y, poco más tarde, la diferencia era ya de siete puntos (9-2). Aíto García Reneses acababa de poner en pista a Lubos Barton, pero pidió tiempo muerto y revolucionó definitivamente el equipo con la entrada de Robert Archibald, Paco Vázquez y Marcelinho Huertas. La jugada le salió perfecta al técnico del DKV Joventut, que pronto vio como su equipo le daba la vuelta al marcador (9-11, min.9) con un parcial de 0-9 que rompió Wolkowisky con un tiro libre tras fallar el primero, algo que Ademola Okulaja ya había hecho en cuatro ocasiones con anterioridad.

Un pésimo porcentaje del 16,7 por ciento desde la línea de personal hundió definitivamente al Khimki en el primer cuarto (12.15) y esa dinámica todavía fue a más en el segundo. Huertas veía canasta con facilidad desde la línea de tres, al igual que Barton, uno de los principales artífices del triunfo verdinegro, y pronto las diferencias se situaron en los diez puntos (17-27, min.14). El mayor quebradero de cabeza para Aíto García Reneses era el de las dos faltas que acumulaban sus pívots, Robert Archibald y Andrew Betts, pero ello no mermaba la superioridad badalonesa sobre la pista.

Además, las dos torres del Khimkhi, Wolkowisky y Alexander Petrenko, se habían cargado con tres personales, algo que hizo Archibald poco después. Melvin Booker hacía lo que podía para mantener a su equipo en el partido, pero Rudy Fernández, poco activo en el inicio de partido, apareció antes del descanso para situar una máxima de trece puntos en el marcador (30-43) con la que el DKV Joventut se fue a los vestuarios. El Khimkhi intentó apretar en la reanudación, pero cada intento de recortar diferencias obtenía una respuesta en forma de triple, unas veces de Elmer Bennett y otras de Alex Mumbrú o Paco Vázquez, hasta culminar en una máxima de veinte puntos (39-59, min.27).

A Aíto García Reneses sólo se le arrugó el semblante con la cuarta falta de Archibald y se le agrió con la quinta de Betts (m.28). El Khimki era consciente de que el DKV Joventut estaba tocado bajo aros y buscó explotar esa vía, que se abrió todavía más con la cuarta personal de Dmitri Flis. Por fortuna para el conjunto catalán, ni a Rudy Fernández ni a Lubos Barton se les había desviado el punto de mira desde la línea de tres y su aportación sirvió para que las diferencias al término del tercer cuarto se mantuvieran en diecisiete puntos (52-69).

El DKV Joventut se apuntó así también el tercer periodo, como había hecho con los dos anteriores, y el objetivo era aguantar como fuese los problemas en la pintura durante los diez últimos minutos. Lubos Barton entendió que si las posesiones largas finiquitadas con un triple habían funcionado no había que cambiar la estrategia, así que anotó dos nuevos tiros de tres que aumentaron a 23 la máxima del conjunto badalonés hasta ese momento (54-77, min.33). Después se llegó a los treinta puntos (54-84, min.35) y las eliminaciones de Robert Archibal y Dimitri Flis sólo sirvieron para que los jóvenes Pau Ribas y Henk Norel se sintieran también partícipes de un triunfo que devuelve a Badalona a lo más alto del baloncesto europeo.

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