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Rajoy descarta la participación de ETA en el 11-M aunque pide seguir investigando porque "nadie sabe quién fue"

El presidente del PP considera un "asunto superado" el supuesto papel de ETA en el 11-M. En El País,  Mariano Rajoy se desmarca de quienes han pedido que se investiguen las evidencias que conectan a los etarras con los autores materiales del 11-M. "Yo nunca he hecho esa afirmación", subraya Rajoy, que, sin embargo, admite que "nadie sabe en este momento quién fue el autor intelectual, por qué se hizo esto, cómo se ha organizado esto". Sobre el nombramiento de Rubalcaba como ministro, sigue pensando que es un error.

El presidente del PP considera un "asunto superado" el supuesto papel de ETA en el 11-M. En El País,  Mariano Rajoy se desmarca de quienes han pedido que se investiguen las evidencias que conectan a los etarras con los autores materiales del 11-M. "Yo nunca he hecho esa afirmación", subraya Rajoy, que, sin embargo, admite que "nadie sabe en este momento quién fue el autor intelectual, por qué se hizo esto, cómo se ha organizado esto". Sobre el nombramiento de Rubalcaba como ministro, sigue pensando que es un error.
(Libertad Digital) El presidente del PP reclama a José Luis Rodríguez Zapatero que pacte las reglas del juego "con el gran partido de la Oposición", mientras le concede el derecho a concertar todo lo demás con los nacionalistas, también la política educativa.
 
"La decisión de hacer acuerdos con los nacionalistas no la discuto. Salvo en el tema de las reglas de juego. Acepto que se pacte hasta la política educativa, otro de los terroríficos errores de este Gobierno, que aprueba una ley y al día siguiente cesa a la ministra. Las reglas de juego hay que pactarlas con el gran partido de la oposición. Y se ha hecho un esfuerzo para echar al PP de esos grandes acuerdos, que comenzó con aquel famoso Pacto del Tinell y está por escrito", declara Mariano Rajoy en una conversación con Jesús Ceberio y Félix Monteira, director y redactor de El País, respectivamente.
 
La investigación del 11-M descubre a un Rajoy menos claro que en otras cuestiones de la agenda nacional. La tesis de Rajoy es que pudo ser cualquiera, menos ETA. Por un lado, se desmarca de quienes han apuntado indicios que permiten sospechar una implicación de ETA: "Ése es un asunto ya superado. En fin, se va a abrir el juicio... Yo nunca he hecho esa afirmación". Por otro, admite que la autoría de los atentados aún no se conoce y pide que se siga investigando: "Nadie sabe en este momento quién fue el autor intelectual, por qué se hizo esto, cómo se ha organizado esto. No lo sé yo, ni nadie lo sabe, ni el propio auto judicial lo deja claro. Lo único que digo es que en un tema de estas características, el Estado de derecho no puede bajar la guardia, debe trabajar para saber la verdad"
 
El 'lastre' del PP
 
Los periodistas que conversan con Rajoy le interrogan sobre una de las doctrinas predilectas de El País: el supuesto lastre que Acebes y Zaplana representan para el giro centrista que Rajoy quiere imprimir al PP. Las respuestas del presidente de los populares bordan la diplomacia. Rajoy recurre, en distintas ocasiones, a sus propias iniciativas o actitudes personales para subrayar que son la única referencia de la moderación y el centrismo del PP. "Yo me he puesto a mirar hacia el futuro"; "Yo nunca he hecho esa afirmación", "El partido, no hace falta que lo diga, lo dirijo yo", o "Siempre he sido una persona moderada, de centro, amigo de los pactos y los acuerdos", son algunos de los acentos que Rajoy pone a lo largo de la entrevista, con los que, al mismo tiempo que elude desmontar la tesis de PP moderado/PP extremista, que El País da por sentada, también evita desautorizar explícitamente a algunos destacados miembros de su equipo.
 
En un momento de la entrevista, Ceberio y Monteira preguntan a Rajoy sobre la conveniencia de mantener en la Dirección del PP a personas que, "en términos de imaginario popular, [están tan vinculados] a los acontecimientos de los días siguientes al 11-M". La respuesta de Rajoy podría haber sido replicar si es conveniente que el ministro del Interior del Gobierno de Zapatero sea una persona "tan vinculada a los acontecimientos de los días siguientes al 11-M". Es difícil imaginar que un político dialécticamente tan perspicaz como Rajoy no haya considerado la oportunidad de desarmar la trampa saducea que le tendían sus tendenciosos interlocutores. Sin embargo, su respuesta fue una defensa voluntarista de su equipo y una apelación a que El País le crea cuando él dice que mira al futuro.
 
"Tengo un equipo mucho mejor que el Gobierno de España desde el punto de vista de su capacidad profesional y para ejercer una actividad de gobierno. Sinceramente, lo creo. Yo me he puesto a mirar hacia el futuro desde el día siguiente a las elecciones generales", comenta Mariano Rajoy.
 
Pactar las reglas de juego
 
El líder del PP defiende que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "tiene que pactar las reglas del juego con el gran partido de la oposición", y opina que, en el caso concreto de estatuto catalán, "la única solución es que no se aplique". Rajoy se refiere también al alto el fuego de ETA para afirmar que mantendrá su compromiso de apoyar al Gobierno para derrotar a la banda, pero advierte: "hasta que no tengamos claro que deja definitivamente las armas, no soy partidario de tomar ninguna medida".

Sobre su propio futuro político y las elecciones generales de dentro de dos años, el sucesor de José María Aznar asegura que "estoy trabajando para ganar y puedo ganar", aunque remarca que en caso contrario seguiría al frente del PP, siempre que cuente con el apoyo del partido. En cuanto a la actual coyuntura, Rajoy muestra una especial preocupación por las reformas territoriales puestas en marcha y argumenta que suponen "un disparate" que obligarán a fijar "ahora o dentro de diez años" las competencias que el Estado no podrá ceder en ningún caso.

Para determinar estas atribuciones, planteará en septiembre una reforma constitucional que ve "prioritaria" frente a las que quiere acometer el Gobierno (Senado, sucesión al trono, definición de las CCAA en el texto constitucional y adhesión a la UE). Se trata de impedir, según Rajoy, que "se organice el estado desde una parte del estado" principalmente a través de leyes "inconstitucionales, ininteligibles e inaplicables" como las que propicia, a su entender, el estatuto catalán.

 
Ni una contrapartida a ETA
 
Sobre sus principales impulsores, los actuales dirigentes políticos catalanes, Rajoy mantiene que son "lo peor que ha habido desde 1977" y que "la irresponsabilidad con la que han actuado pasará a la Historia". "La decisión de pactar con los nacionalistas no la discuto. Salvo en el tema de las reglas del juego", asegura Rajoy, que critica lo que considera "un intento perfectamente dirigido" para marginar a su formación de los grandes acuerdos territoriales en los dos últimos años.

También siente que "se ha echado al PP del Pacto Antiterrorista" y de la política contra ETA, aunque después -dice- se le haya intentado recuperar con iniciativas como la reunión del Pacto antes de que Zapatero acuda al Congreso para informar sobre la verificación del alto el fuego.

Pese a su intención de apoyar al Gobierno en este asunto, deja clara la exigencia de que no se conceda a ETA ninguna contrapartida y remarca que "ninguna es ninguna: ni Navarra, ni autodeterminación, ni mesas", porque en caso contrario "convertiríamos el terrorismo en un instrumento para hacer política".

Y hasta que no se acabe con la banda, mantiene que Batasuna no podrá ser legal con el argumento de que la formación abertzale "es una organización terrorista".

En cuanto a la insistencia de determinados dirigentes de su partido en ver la mano de ETA tras los atentados del 11-M, el líder del PP afirma que "ese es un asunto ya superado" si bien reclama que se aclaren "algunas cosas que siguen apareciendo estos días en los medios de comunicación".

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