L D (Europa Press) Ante una Plaza Mayor prácticamente repleta, la organización ofreció su cifra de asistentes: 12.000, mientras que fuentes de la Delegación del Gobierno rechazaron ofrecer datos alegando que no suele hacerlo con concentraciones tan reducidas. Un helicóptero de la Policía que sobrevoló la Plaza formó parte del dispositivo de seguridad para un acto convocado bajo el lema "Dignidad y Democracia".
La supresión de la jurisdicción militar para los guardias civiles, que incluye penas de prisión, y la regulación del derecho de asociación en la Benemérita, como recoge el programa electoral del PSOE, centraron las reivindicaciones, que tienen como fondo la desmilitarización de la Guardia Civil y, en consecuencia, la desvinculación total del Ministerio de Defensa.
En su primera gran manifestación en 160 años de historia, los guardias civiles y sus familiares no pararon de aplaudir y corear consignas, siendo las más repetidas 'democracia', 'libertad' y 'Zapatero, embustero'. Así interrumpieron los discursos de los líderes de UGT y CCOO, Cándido Méndez y José María Hidalgo, respectivamente, del presidente de Eurocop (asociación que aglutina a sindicatos policiales de 21 países europeos y que suma 600.000 afiliados en total), Heinz Kiefer, de los representantes de la práctica totalidad de sindicatos policiales de otros cuerpos y de otras asociaciones de la Benemérita.
Cerró el acto el presidente de AUGC, Fernando Carrillo, quien tendió la mano en la labor negociadora al nuevo ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, pero advirtió que el acto de Madrid es una muestra de que los guardias civiles no van a cejar en la reivindicación de sus derechos democráticos para conseguir que dejen de ser "ciudadanos de segunda". Carrillo resumió la situación del Cuerpo en la historia reciente: "Hemos visto pasar Gobierno tras Gobierno en estos casi treinta años de democracia y la democracia no ha entrado en los cuarteles de la Guardia Civil. La democracia ha sido negada sistemáticamente al colectivo de trabajadores de la Guardia Civil".
Privados de derechos
Para apoyar sus palabras ofreció una larga lista de datos referentes a los últimos 10 años: 17.000 bajas psicológicas; 438 suicidios o intentos de quitarse la vida, uno cada diez días, y 356 condenados por tribunales militares, 206 de ellos encarcelados en Alcalá-Meco. La expresión "ciudadanos de segunda clase" fue utilizada por la mayor parte de los intervinientes, empezando por el actor José Sacristán, que abrió el acto. "Los guardias civiles que velan por nuestros derechos están privados de ellos", dijo Sacristán. Por su parte, el alemán Kiefer alertó al Ejecutivo: "En Europa no se entiende cómo el Gobierno español está tardando tanto en aplicar las reformas". Y explicó que Bélgica y Austria acaban de unificar sus policías preguntándose: "¿Acaso se han sumido esos países en el caos y la anarquía?".
El secretario general de la UGT tomó la palabra y explicó la presencia de su central sindical en la manifestación. "Estamos aquí porque formáis parte de la clase trabajadora de nuestro país". Después, se dirigió a Zapatero: "¿Cómo es posible que el presidente del Gobierno español retirase las tropas de Irak enfrentándose al presidente del país más poderoso del mundo y no supere la oposición de la cúpula militar que oprime a los guardias civiles?". El líder de CCOO se refirió, por su parte, a los "compañeros" de la Guardia Civil que han sufrido las consecuencias de reivindicar sus derechos y animó a los congregados: "Seguid vosotros sus pasos".