(Libertad Digital) La cantante Isabel Pantoja y su pareja, el ex alcalde de Marbella Julián Muñoz, enviaron un escrito a la Cámara Baja para pedir que, en el caso de que la prensa no ejerciera un mecanismo de autocontrol, se revisara el ordenamiento jurídico en lo concerniente al derecho a la intimidad, al honor y a la propia imagen.
El Congreso, en estos casos, remite la propuesta al Gobierno y este se encarga de contestar después de analizar la normativa existente. Así, el Ministerio de la Presidencia ha contestado a esta petición de la popular pareja que "el ordenamiento prevé mecanismos adecuados y suficientes para responder ante ataques injustificados y desproporcionados de los derechos constitucionales alegados, tanto en la vía jurisdicional civil, como en la penal, si el comportamiento en cuestión pudiera llegar a ser constitutivo de delito". Añade que "en tanto que se trata de derechos fundamentales de protección reforzada" cabe, insiste el nota, "el recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional".
Principios de la profesión periodística
Del mismo modo, la contestación del Gobierno también explica que los principios que deben guiar la profesión periodística deben ser la objetividad y la imparcialidad, más concretamente, "la evitación de lo que se ha venido a llamar comportamientos chabacanos y la potenciación del buen gusto y la calidad exigibles a todo medio de comunicación". Para el Ministerio de la Presidencia, estos principios podrían estar incluidos en la iniciativa de autorregulación de la Asociación de la Prensa aunque "sin carácter legalmente vinculante".
El Ejecutivo explica en la nota que, atendiendo a la jurispridencia, el criterio esencial para determinar si una información merece la protección del derecho a la intimidad es el interés público, "que no se identifica con la curiosidad ajena". En este sentido, matiza que quienes ejercen una profesión de proyección pública o cargo púbico "aceptan voluntariamente la reducción de la zona de reserva a todo lo relativo y vinculado a su actividad profesional, pero más allá de esa esfera abierta al conocimiento de los demás, su intimidad permanece".