Estos refuerzos no son puntuales, sino que permanecerán hasta el despliegue de la Policía catalana, el próximo 1 de noviembre en el caso de las comarcas del Vallès Occidental y parte del Bajo Llobregat, y en 2008 en el caso de Tarragona.
Rangel señaló que las plantillas del Cuerpo Nacional de Policía ya están cubiertas y que no necesitan refuerzos, ya que en lo que va de año sólo han recibido dos denuncias por asaltos violentos frente a las nueve que han recibido los guardias civiles. Esto se explicaría porque la Benemérita tiene que cubrir más territorio que la Policía Nacional y son zonas rurales, donde este tipo de robos son más habituales.
Tanto Rangel como el general jefe de la Guardia Civil en Cataluña, Antonio Carrascosa, aseguraron que los índices de delincuencia no han aumentado e incluso en Tarragona han disminuido. Sin embargo, sí admitieron que los robos violentos crean sensación de inseguridad y alarma social, por lo que los investigadores trabajan en varios casos y en pocos días se podrían obtener los primeros resultados.
A pesar del esfuerzo policial y la coordinación entre cuerpos, incluso a nivel internacional, el delegado también reclamó a la ciudadanía "colaboración" para que denuncie cualquier coche o persona sospechosa en alguna urbanización. También recomendó a los vecinos que sean "precavidos" y adopten ciertas medidas de seguridad, aunque asumió que la responsabilidad principal de la seguridad sigue recayendo en los cuerpos policiales. Respecto a la posibilidad de que algunos vecinos organicen patrullas ciudadanas, Rangel lo comprendió "humanamente" pero alertó de que "no conducen a la solución y pueden causar problemas", por lo que recomendó no realizar esta vigilancia particular.