El martes durante el Debate sobre el estado de la Nación, el jefe del Ejecutivo preguntó al líder de la oposición qué es lo que hubiera hecho el PP con los 700.000 inmigrantes que regularizó el actual Gobierno. Zaplana explicó que su partido habría aceptado a "todos los inmigrantes" que el Estado pudiera acoger "en función de la oferta" del "mercado de trabajo" y de las "posibilidades" del país. Eso sí, siendo "lo más generoso posible, pero dentro de las posibilidades" porque si no, dijo, se estaría condenando a esta gente "a la marginalidad", lo que "puede degenerar en delincuencia".
"Cualquiera que se asome a cualquier calle de cualquier ciudad importante de España, y no importante, sabe que tenemos un problema de inmigración sin resolver, de personas sin papeles, sin un puesto de trabajo, que es muy superior del que había hace un año", aseguró. Como consecuencia de ello, explicó que se están creando "bolsas de marginalidad" y que se está formando una opinión pública en la sociedad española "contraria a la inmigración" cuando tenía que ser "positiva, porque el inmigrante viene a ayudar, a ocupar una mano de obra" que el ciudadano español no quiere ocupar debido al "buen momento económico español".
Zaplana también sostuvo que el "efecto llamada" creado por el proceso de regularización masiva del Gobierno ha atraído a "las bandas organizadas" a "querer venir a España no precisamente a trabajar", sino a "delinquir" y pidió que no se confunda a estos delincuentes con el "inmigrante que quiere venir a ganarse la vida honradamente".