(Libertad Digital) En una rueda de prensa posterior a la reunión de la Comisión permanente del PSOE, José Blanco explicó de forma extensa la opinión que le mereció al partido los incidentes que se vivieron el sábado en un acto del PPC en el que participaba Mariano Rajoy. Tras decir que "lamenta y rechaza ese incidente" y considerar " deseable que no se produjera", arremetió contra el líder del PP al juzgar "sorprendente" que Rajoy "se escandalizara y se apresurara en responsabilizar al PSC" del ataque.
Por ello, manifestó que le quería "decir dos cosas". Primero, que "no sea hipócrita", porque, a su juicio, "no se puede jalear y calificar de héroe a quien interrumpe en sesión parlamentaria al presidente del Gobierno" y "tratar de criminalizar a un grupo de comerciantes que de forma espontánea" recibieron a Rajoy con insultos. El presidente del PP, a su juicio, "vuelve a la ley del embudo: cuando le increpan a él estamos ante un atentado contra la democracia", pero si le afecta al "presidente del Gobierno es un ejercicio de libertad de expresión".
Blanco continuó exhortando a Rajoy a que "piense el coste y las consecuencias de la organización de campañas para enfrentar unos territorios con otros" y "unos españoles con otros". "Ahora sabe", continuó, "lo que ha conseguido con esta estrategia". Y dijo que "no tiene ni un solo apoyo más fuera de Cataluña" mientras que "se ha convertido en político peor valorado" en esa región. "Triste rédito de dos años de campaña contra Cataluña", insistió. Y concluyó su reflexión diciendo que "quien practica la doble moral, es doblemente inmoral, y eso es lo que define el comportamiento del líder de la oposición".
Por su parte, el secretario general del PP, Ángel Acebes, atribuyó a una "campaña de destrucción" puesta en marcha por el Gobierno los insultos y gritos que recibió Rajoy en Cataluña el pasado sábado durante un acto de campaña sobre el Estatuto, y los definió como "comportamientos antidemocráticos". En rueda de prensa tras la reunión del Comité de Dirección del PP, Acebes aseguró que el ataque forma parte de la política de José Luis Rodríguez Zapatero, que "pretende excluir desde el principio" a los populares "del diseño del modelo" para el futuro de España. El dirigente del PP denunció la "campaña de destrucción" contra su partido que lleva a cabo el Ejecutivo con el objetivo de "intentar acabar con la alternativa política y con cualquier obstáculo que impida sus propósitos".