LD (EFE) Aviones militares del Ejército de Sri Lanka bombardearon una zona cercana a la localidad de Kilinochi, donde se encuentran los cuarteles generales de los terroristas tamiles. El ataque es una represalia al atentado contra un autobús de pasajeros que este jueves mató a 64 civiles.
El Gobierno culpa del ataque a los Tigres de Liberación de la Patria Tamil (LTTE) mientras que los terroristas han negado su implicación y acusan a "elementos paramilitares". En un mensaje televisivo, el presidente ceilanés, Mahinda Rajapakse, pidió a la población de Sri Lanka que mantenga la calma y aseguró que persiste en su intención de buscar la paz para el país.
El mandatario dijo que "los actos terroristas no pueden acabar con nuestra resolución a favor de la paz, pero necesitamos el apoyo de la comunidad internacional para combatir el terrorismo", que "causa un gran daño a la Humanidad". Aseguró que, hasta ahora, se ha mostrado paciente pese a "las provocaciones" del LTTE, pero advirtió al grupo rebelde de que no lo malinterprete como una debilidad. "A diferencia de ellos, somos un Gobierno democráticamente elegido. Debemos actuar con tacto y responsabilidad", indicó el presidente ceilanés.
El Ejército de Sri Lanka ya ha bombardeado objetivos del LTTE en otras ocasiones como consecuencia de graves atentados. A finales de abril pasado, tras un ataque suicida en la sede del Ejército en Colombo que causó la muerte de diez personas, los militares ceilaneses llevaron a cabo ataques contra territorios de los terroristas tamiles en el este de la isla.