L D (Agencias) En declaraciones a los periodistas tras comparecer como testigo ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande Marlaska en relación con el aparato de extorsión de ETA, Arzalluz se mostró "muy preocupado" con la "politización general de la Justicia" y la "actitud" de ésta respecto al PNV. Puesto que el PNV no ha aprobado la Constitución, pero la ha "acatado", aseguró el ex dirigente nacionalista, "si siguen las cosas por este camino, puede llegar el momento en el que impugnemos la Constitución y no la acatemos". "Esta es la preocupación que tengo en este momento", agregó.
También aseguró que el juez Central de Instrucción número 5 le citó hoy a declarar por una conversación telefónica en la que pretendía constatar si ETA seguía extorsionando a empresarios a pesar del alto el fuego decretado el pasado 22 de marzo y "no tanto si pagaban o no pagaban", ya que "con extorsión no aceptamos tregua". Arzalluz criticó que la Justicia se esté "contagiando" de la "línea Bush", en la que se "pone el terrorismo por delante, y todo lo demás vale". Según dijo, su comparecencia en la Audiencia Nacional le "sabe a Tribunal de Orden Público" franquista.
El ex presidente del PNV aseguró que las cartas de extorsión que ha mandado ETA después del alto el fuego tienen "otro tono", puesto que piden "la colaboración para el proceso de paz, ya no dicen eso de le vamos a hacer esto a usted o a su familia. "Son otra cosa", afirmó, y añadió que ETA "está intentado justificar" que el cobro del "impuesto" se debe a que "eran compromisos adquiridos" antes de la tregua. Arzalluz sostuvo después, sin embargo, que no conocía casos de envío de misivas solicitando el llamado "impuesto revolucionario", lo que, según matizó, "no quiere decir que no las haya". Asimismo, aseguró que mientras estuvo en la Ejecutiva del PNV "por supuesto" tuvo conocimiento de la existencia de esta extorsión.
"Ante el miedo de empresarios del PNV", agregó, "prohibimos a cualquier afiliado del partido pagar ningún impuesto ni a ETA ni a nadie, bajo pena de expulsión". Según dijo, "otra cosa es" cuando algún militante confiesa que ha pagado el "impuesto revolucionario": "¿Qué hace usted, lo expulsa?", preguntó. Arzalluz también se refirió a la Ley Antiterrorista que, en su opinión, "no va contra ETA, sino contra el nacionalismo", y se mostró "preocupado mientras subsista esta ley". "No estamos dispuesto a ser ciudadanos de la segunda clase", agregó, "no estamos dispuestos a aplicar de una forma la ley a los vascos, y de otra a los otros"
El portavoz de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, Juan Antonio García Jabaloy, aseguró que Arzalluz contestó a todas las preguntas que le dirigieron durante su comparecencia como testigo ante el Juzgado Central de Instrucción número 5, que duró aproximadamente una hora, y destacó el ambiente "muy cordial" en el que se produjo el interrogatorio. El propio Arzalluz aseguró que tanto el juez como el fiscal se mostraron en su comparecencia "muy amables, correctos, exquisitos".
El Gobierno no valora
La vicepresidenta destacó que "nos tenemos que acostumbrar a respetar institucionalmente los ámbitos de decisión" y a que cada poder del Estado "tiene sus funciones y su competencia". "El resto de poderes tenemos que colaborar con ellos", dijo, antes de explicar que la postura del Gobierno socialista ante cualquier decisión del poder judicial es de "respeto, de acatamiento y de colaboración".
Insistió en que el Ejecutivo "respeta y no valora" las decisiones de los jueces, "no le incumbe valorar ni una sola decisión ni para bien ni para mal", "sin perjuicio de que estas decisiones estén sometidas a la crítica pública, siempre desde el argumento y la razón, no desde la descalificación, la presión o el insulto".
Continúan los ataques al magistrado
Las críticas a Marlaska han arreciado este miércoles. Desde el PNV, la secretaria de la Ejecutiva ha dicho que "todo indica que se ha abierto un frente mediático-político-judicial en contra del proceso de paz, y este último (frente judicial) es el que nos produce mayor desamparo". Las citaciones constituyen, a su juicio, "una gran provocación al nacionalismo vasco, a los empresarios y, en el fondo, al proceso de paz". "No se entiende lo que pasa si no es en clave de humillación", afirmó Josune Ariztondo, quien añadió que "el proceso de paz es imparable y no lo va a detener ni Grande Marlaska ni Garzón ni el impulso político del PP".