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Forgeard, la dimisión "cantada" de un empresario tenaz que asesoró a Chirac

Noel Forgeard dimitió este domingo como co-presidente ejecutivo del consorcio aeroespacial EADS en una decisión que todos los analistas anticipaban pero que él ha ido aplazando en una muestra de la misma tenacidad con la que llegó a la dirección del grupo. Este ingeniero técnico y de minas ha dividido su carrera profesional entre los servicios a la familia de empresarios Lagardere y la labor de consejero para políticos, en especial para el actual presidente de la República, Jacques Chirac, con el que ya trabajó a mediados de los 80. Con los Lagardere, Forgeard trabajó en la empresa de defensa y espacio Matra, que fue su rampa de lanzamiento para acceder a la máxima responsabilidad de Airbus en 1998, apoyado de nuevo por Chirac.

Noel Forgeard dimitió este domingo como co-presidente ejecutivo del consorcio aeroespacial EADS en una decisión que todos los analistas anticipaban pero que él ha ido aplazando en una muestra de la misma tenacidad con la que llegó a la dirección del grupo. Este ingeniero técnico y de minas ha dividido su carrera profesional entre los servicios a la familia de empresarios Lagardere y la labor de consejero para políticos, en especial para el actual presidente de la República, Jacques Chirac, con el que ya trabajó a mediados de los 80. Con los Lagardere, Forgeard trabajó en la empresa de defensa y espacio Matra, que fue su rampa de lanzamiento para acceder a la máxima responsabilidad de Airbus en 1998, apoyado de nuevo por Chirac.
L D (EFE) Los que le han conocido hablan de él como de un hombre encantador en público pero que en privado, cuando se habla de negocios, no tiene término medio y sólo emplea dos palabras: si y no. De su carácter ambicioso y tenaz da prueba la lucha que mantuvo con Philippe Camus para sustituirle como copresidente francés de EADS en 2005.

Camus criticó entonces duramente el procedimiento para la designación de Forgeard y puso de manifiesto la existencia de "manipulaciones" y un método "condenable" que le supuso salir unos meses antes de lo previsto. Forgeard se vio favorecido por los buenos resultados de Airbus, de donde procedía, y de nuevo por su proximidad a Chirac, dado que el Estado francés tiene el 15% de EADS, y por su cercanía a Lagardere, que tiene el 7,5%.
 
Vio así cumplido su sueño de presidir uno de los grandes grupos industriales europeos, capaz de competir en algunas áreas con los colosos estadounidenses. Sin embargo, su buena reputación de empresario se ha visto mermada poco más de un año después por el retraso en el programa del avión gigante europeo A380, así como en el de medio recorrido A350.

Las pérdidas cuantiosas que esa demora generará en Airbus y en la casa matriz EADS, así como la fuerte depreciación de las acciones de este grupo, han sido un detonante para que Forgeard haya sido duramente criticado. Su situación empeoró cuando la prensa publicó que en marzo, antes de trascender los problemas de Airbus, había vendido opciones sobre acciones por un valor de 2,5 millones de euros, lo mismo que sus hijos y varios directivos del grupo.

Forgeard ha negado reiteradamente que lo hiciera por información privilegiada, tanto en la prensa como ante sus directivos o en el Parlamento francés, pero su suerte estaba echada y era cuestión de tiempo. Sólo las negociaciones entre los accionistas franceses y alemanes, con el objetivo de garantizar el equilibrio interno, han pospuesto la salida de Forgeard, que hoy todavía se mostraba ajeno a la polémica sobre las acciones y al retraso del Airbus.

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