(Libertad Digital) Roger Federer ha barrido literalmente a su contrincante. Desde el primer set fue a por su 47ª victoria consecutiva sobre pista de hierba. En un abrir y cerrar de ojos, se apuntaba la primera manga -sólo 27 minutos-. Rompía el servicio de su oponente en dos ocasiones, que sólo pudo defenderlo en otra dos. Sin despeinarse, se llevó el set por 6-2. El segundo set fue todavía más fácil. Bjorkman pasó de la ilusión inicial a bajar los brazos. El suizo torpedeaba la moral del rival con saques directos letales -9 aces- y desde el primer juego ya contaba con una ruptura del servicio a su favor. El sueco incurrió en 18 errores no forzados y así se iba acabando la película.
Sin imaginación y sin recursos, Bjorkman hacía que el defensor defensor del título pareciera estar jugando un partido de primera ronda más que una semifinal de Wimbledon. Un total de 30 puntos ganadores frente a los 13 del sueco situaron un sonrojante 6-0 en 23 minutos. El tercer set fue más de los mismo: el suizo se inflaba a puntos ganadores mientras Bjorkman hacía lo que podía. Tras once juegos consecutivos con victoria, el sueco logró anotarse el primero, al que el público respondió con una ovación.