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Un informe de los Tedax demuestra que sí se pueden determinar los componentes de las dinamitas tras una explosión

La versión oficial sobre el 11-M se debilita día tras día. Casi dos años y medio después de la matanza no sabemos qué estalló en los trenes. Sólo la mochila de Vallecas –prueba compuesta de mentiras y manipulaciones– determina que fue Goma 2-ECO. Para cerrar el paso a otras hipótesis nos dicen que tras una explosión no hay forma de determinar a través de una prueba analítica qué componentes tiene una dinamita. Sin embargo, en el propio sumario del 11-M existe un informe de los Tedax que sostiene exactamente lo contrario basándose en la explosión de una bomba de ETA en Pasajes hace cinco años.

La versión oficial sobre el 11-M se debilita día tras día. Casi dos años y medio después de la matanza no sabemos qué estalló en los trenes. Sólo la mochila de Vallecas –prueba compuesta de mentiras y manipulaciones– determina que fue Goma 2-ECO. Para cerrar el paso a otras hipótesis nos dicen que tras una explosión no hay forma de determinar a través de una prueba analítica qué componentes tiene una dinamita. Sin embargo, en el propio sumario del 11-M existe un informe de los Tedax que sostiene exactamente lo contrario basándose en la explosión de una bomba de ETA en Pasajes hace cinco años.
L D (Luis del Pino) A las 6 de la mañana del 31 de enero de 2001, una patrulla de la Guardia Civil que se dirigía a prestar servicio en una garita del puerto de Pasajes observó que, adosado a la garita, había un bidón azul de unos 80 cm de alto. Temiendo un atentado, el conductor del coche patrulla retrocedió, salvando la vida a los ocupantes del vehículo, ya que el artefacto fue detonado a distancia en ese mismo momento.
 
Los artificieros recogieron las muestras y analizaron los restos del artefacto. Pudieron determinar, así, que la bomba utilizaba un doble iniciador. Por un lado, un teléfono Alcatel One Touch, que funcionaba como radiomando, permitiendo a los terroristas efectuar la detonación cuando tuvieran a la vista a la patrulla. Por otro lado, un temporizador Coupatan, posiblemente modelo C-63, que empleaba una pila de 9 V. Asimismo, el artefacto incorporaba dos detonadores, uno artesanal y otro comercial.
 
La cantidad total de explosivo era de unos 2 kilogramos, insertos dentro de una olla de cocina que, a su vez, había sido introducida en el bidón de plástico de color azul. El análisis químico de las muestras permitió determinar que el explosivo contenía nitrato amónico, trinitrotolueno, dinitrotolueno y nitroglicerina, con lo que pudo determinarse que se trataba de una dinamita marca Titadyn, habitualmente empleada por ETA.
 
Este episodio pone de manifiesto que, en contra de lo que se dijo tras la declaración ante el juez Del Olmo del Jefe de los Tedax, Sánchez-Manzano, y de la encargada del laboratorio de los Tedax, sí que es perfectamente posible detectar los componentes de las dinamitas (y en particular la nitroglicerina) después de detonar un explosivo. En el caso de la bomba de Pasajes, explotó un único artefacto con 2 kilos de explosivos y la analítica permitió determinar sus componentes sin ningún problema. De modo que en el caso del 11-M hubiera debido ser todavía más factible, teniendo en cuenta que detonaron 12 bombas de tamaño superior a la de Pasajes, que por consiguiente dejarían una cantidad de restos mucho mayor.
 
Hace escasas semanas, desvelábamos que no se habían entregado al juez los informes detallados de análisis de los focos de explosión en los trenes del 11-M. Desvelábamos también que el único dato sobre qué componentes químicos se habían encontrado en los focos de explosión de los trenes eran las palabras de Sánchez-Manzano en la Comisión 11-M, donde declaró que se había encontrado nitroglicerina. Y llamábamos la atención sobre el hecho de que, si se había encontrado nitroglicerina, no podía haberse utilizado Goma-2 ECO en los trenes, porque ese tipo de dinamita no tiene nitroglicerina.
 
A raíz de estas revelaciones, en lugar de comunicar a la opinión pública y al juez los resultados de los análisis realizados el 11-M a las muestras tomadas en los focos de explosión, desde instancias oficiales se pretendió hacer creer que las pruebas analíticas no permiten determinar los componentes de la dinamita después de una explosión. Sin embargo, las experiencias anteriores con atentados de ETA, documentadas en el sumario del 11-M, demuestran que esa afirmación es simplemente falsa.
 
En el caso del 11-M se une, además, otra circunstancia. La versión oficial sostiene (sin querer enseñar análisis ninguno) que en los trenes se utilizaron bombas como la de la mochila de Vallecas, compuestas por una simple masa explosiva de Goma-2 ECO amasada a mano, no confinada en ningún recipiente y con un único detonador. Si eso fuera así, forzosamente hubiera debido quedar una gran cantidad de pequeños fragmentos de Goma-2 ECO sin detonar repartidos por los escenarios de explosión, debido a que no toda la masa explosiva detona a la vez y parte del explosivo es arrojado por la onda expansiva antes de que pueda llegar a estallar. Es lo que sucedió, por ejemplo, en Leganés, donde apareció una infinidad de pequeños trozos de Goma-2 ECO sin estallar por toda la escena, incluido un trozo de tan sólo 19 gr que apareció en la azotea del edificio.
 
Pero las experiencias anteriores con artefactos de ETA demuestran, además, que no sólo se puede determinar qué componentes tenía el explosivo empleado en los trenes, sino también el tipo de iniciador empleado. Como ya hemos indicado, en el caso del intento de atentado de Pasajes se determinó perfectamente el tipo y la marca del teléfono móvil y del temporizador empleados. Lo mismo sucedió, por ejemplo, en el caso del intento fallido de atentado contra la cúpula del PP en Zarauz, el 9 de enero de 2001, donde se pudo determinar (después de la detonación del artefacto) que el iniciador era un teléfono Alcatel One Touch, con una pila de 9 V tamaño PP3, conectores de tipo banana y detonador eléctrico.
 
En el caso del 11-M, no se ha proporcionado ni al juez ni a la opinión pública ni un sólo dato sobre qué temporizadores o teléfonos móviles se usaron en las bombas que estallaron en los trenes (de nuevo, se nos remite al teléfono que se encontró en la mochila de Vallecas). Sin embargo, los episodios de Pasajes o Zarauz pone de manifiesto que las técnicas empleadas desde hace ya años permiten determinar con gran precisión no sólo el tipo de iniciador (teléfono móvil, reloj, temporizador, ...), sino también su marca e incluso, a veces, el modelo concreto. Con lo cual, a la pregunta de cuáles componentes de explosivo se encontraron en los trenes, viene a añadirse una nueva pregunta: ¿qué tipo de iniciador pudo reconstruirse a partir de los restos electrónicos recogidos en los trenes? ¿O es que en el mayor atentado de nuestra Historia no se hizo ningún intento de reconstruir los iniciadores de las bombas a partir de las muestras recogidas?

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