El Valencia entra por la puerta grande en la Champions con una goleada al Salzburgo mientras el Osasuna se queda fuera

 

Los nervios iniciales del Valencia, que se percibían también en la grada, quedaron neutralizados a los once minutos de juego. David Villa recibió un pase en profundidad y se plantó solo ante el meta Ochs, que sacó la mano para evitar el tanto del asturiano. Pero el rechace llegó a Morientes que, a placer, no perdonó. Era la primera ocasión del equipo local y hasta ese momento, los austriacos habían presionado bien las salidas valencianistas y se mostraban muy ordenados y serios, aunque no tenían la misma solvencia en ataque.

El conjunto de Quique Sánchez Flores había igualado la eliminatoria y quería buscar el gol de la clasificación, aunque jugaba con más corazón que cabeza y, además, constantemente interrumpido por las faltas de los jugadores del Salzburgo. Antes de cumplirse la media hora de juego, Orosz no acertó en el último remate en el único acercamiento austriaco con peligro a las inmediaciones del área de Cañizares. Posteriormente, en una llegada del Valencia al área austriaca, Edu levantó el balón por encima de la defensa para la internada de Villa pero el centrocampista argentino Carboni tocó el balón con la mano y el árbitro decretó la pena máxima. Ochs volvió a detener el balón al asturiano pero en el rechace, el 'Guaje' le batió.

La Liga de Campeones estaba a la vuelta de la esquina y el Valencia empezó a carburar y a llegar con más cordura y peligro, aunque sin crear ocasiones claras ante un inoperante Salzburgo, que apenas inquietó a Cañizares. El cuadro austriaco, acuciado por la necesidad, parecía haber tomado la iniciativa en los primeros minutos de la reanudación, con permiso del Valencia, aunque con escasa aportación ofensiva mientras los valencianos lo intentaban a balón parado, pero ni Villa ni Vicente estuvieron acertados. El equipo de Giovanni Trapattoni, que había renovado su ataque con Lokvenc y Jezec, empezaba a avisar y a rematar con cierto peligro aunque sin acierto y el Valencia parecía acusar el esfuerzo físico de la primera parte y Quique empezó a mover el banquillo.

Vicente y Edu, a sendos pases de Silva, uno de los mejores jugadores de los de Quique, buscaron el tercer y tranquilizador gol de disparos lejanos pero sin suerte. Se olía que el Valencia no se iba a librar del sufrimiento cuando todavía quedaban veinte minutos para dar por concluida la eliminatoria. Y así fue. El Salzburgo se acercaba cada vez con más insistencia a la meta de Cañizares, aunque no encontraba el camino del gol. Silva activó la banda derecha valencianista que sus centros no encontraban un remate certero y cada vez era más evidente que se esfumaban las opciones de lograr un tercero, todo lo contrario que sucedía en el Salzburgo. Sin embargo, en el último minuto, Silva puso la tranquilidad y la algarabía en las gradas con el tercer tanto valencianista.

 

Valencia, 3: Cañizares; Angulo, David Navarro, Albiol, Moretti; Silva, Albelda, Edu (Marchena, m.88), Vicente (Gavilán, m.72); Morientes (Regueiro, m.66) y Villa
Salzburgo, 0: Ochs; Bodnar, Vargas, Linke, Dudic; Pitak, Tiffert (Vonlauthen, m.55), Carboni, Kovac (Jezek, m.63); Aufhauser y Orosz (Lokvenc, m.46)

Goles: 1-0, m.11: Morientes; 2-0, m.31: Villa; 3-0, m.93: Silva
Árbitro: Lubos Michel (Eslovaquia). Mostró cartulina amarilla al local Angulo y a los visitantes Bodnar, Vargas y Tiffert
Incidencias: Partido de vuelta de la tercera ronda de la fase previa de la Liga de Campeones disputado en el estadio de Mestalla, que colgó el cartel de "no hay billetes" y que registró la presencia de más de 51.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de los ex jugadores del Valencia Wilkes y Mangriñán, recientemente fallecidos

 

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No pudo empezar mejor el partido para el Osasuna, que en su primera aproximación con peligro desniveló la eliminatoria con un tanto de cabeza de Cuéllar en un saque de esquina botado por David López (1-0, m.5). Además, el central belga del Hamburgo Kompany, que fue duda hasta última hora, se resintió de su lesión y sólo pudo aguantar sobre el terreno de juego once minutos, con lo que Benjamin pasó a ocupar el lateral izquierdo y Demel se ubicó como central izquierdo.

El gol obligó al equipo alemán a ir descaradamente a por encuentro y ello dio pie a una primera parte apasionante con igualdad de fuerzas y un juego abierto en el que ambos equipos pudieron marcar. El Hamburgo intentó explotar al máximo el juego aéreo, con centros medidos de Rafael Van der Vaart que, sin embargo, no encontraron la definición de Sanogo, en dos ocasiones, y de Lauth, quien tuvo la mejor ocasión aunque terminó cabeceando a las manos de un colocado Ricardo.

El Osasuna se sacudió el dominio del Hamburgo con presión, buenas triangulaciones y contraataque, e incluso pudo aumentar su renta con un disparo fallido de Soldado y, sobre todo, con un centro desde la derecha que desbarató Kirschstein cuando Milosevic se prestaba a un remate claro de cabeza en el segundo palo. Los alemanes incrementaron su dominio en el segundo tiempo ante un Osasuna que definitivamente se echó atrás para encerrarse en su parcela de campo, aunque los rojillos aguantaron bien la zona y no concedieron huecos claros al rival.

No obstante, el conjunto germano, que buscó desesperadamente los balones largos a sus dos puntas, clavó el rejón de muerte a los locales en una jugada de estrategia, una falta de Van der Vaart que tras tocar Benjamin llegó a línea de gol al holandés De Jong, quien marcó a placer para dar la clasificación al Hamburgo (1-1, m.73). El Osasuna se entregó a la heroica, aunque no creó muchas ocasiones claras, sólo un disparo fuerte de Puñal que despejó Kirschstein y, sobre todo, un remate de cabeza de Webó en el tiempo de prolongación, mientras que el Hamburgo pudo haber sentenciado con dos ocasiones del peruano Paolo Guerrero.