L D (Europa Press) "Los cuadros llegaron a nuestras manos esta tarde, después de una acción policial exitosa", dijo el jefe de la investigación, Iver Stensrud, que se mostró convencido de que las pinturas son las auténticas. "Sólo queda un examen de expertos para confirmar, con un cien por cien de certeza, que son las pinturas originales. Pensamos que lo son".
Stenrud comunicó haber visto las pinturas este jueves, y manifestó que están menos dañadas de lo que esperaba, pero añadió que ni la prensa ni el público en general podrán verlas de momento, y rechazó facilitar detalles sobre la investigación o la operación que ha permitido recuperar las obras dos años después.
La Policía está convencida de que ambos cuadros, robados a plena luz del día por unos encapuchados, no han salido de Noruega en todo este tiempo. La ciudad de Oslo había ofrecido una recompensa de dos millones de coronas (250.000 euros). El pasado mayo fueron detenidos tres sospechosos pero, según el jefe de la investigación, éstos no contribuyeron a recuperar las obras. "Sentimos que hemos estado muy cerca de las pinturas todo el tiempo, pero nos ha llevado tiempo".
Entre los detenidos no están los enmascarados, sino que se trata del conductor que les ayudó a huir, condenado a ocho años de cárcel, y de dos hombres que ayudaron a facilitar el coche. Además, dos de ellos deberán pagar a la ciudad de Oslo 94 millones de euros como compensación.
El robo tuvo lugar el 22 de agosto de 2004, cuando dos hombres enmascarados entraron en el Museo Munch, en Toyen, en el centro de Oslo y tras amenazar con una pistola a los guardias de seguridad, lograron marcharse con los cuadros "El grito" y "La Madonna", tras cortar las sujeciones.
"El Grito", que muestra a un hombre desfigurado y representa la angustia existencia del ser humano, fue pintado en 1893. El pintor consideraba ésta como una de sus obras mayores. Hay cuatro versiones del cuadro. La más valiosa, expuesta en el museo nacional de Oslo, también fue robada, en el 1994, pero fue recuperada intacta pocos meses más tarde.
La figura de un hombre horrorizado bajo un cielo de estridentes colores, se ha convertido en un símbolo de la angustia de un mundo marcado por los horrores de la naturaleza humana.
La figura de un hombre horrorizado bajo un cielo de estridentes colores, se ha convertido en un símbolo de la angustia de un mundo marcado por los horrores de la naturaleza humana.