(Libertad Digital) España y Argentina están ya entre los cuatro mejores equipos del planeta y, sin embargo, todavía aspiran a algo más. El baloncesto español y el albiceleste rivalizan en calidad, en fuerza y en pasión. Son los equipos que mejor imagen y mejor juego han desplegado hasta ahora en el torneo japonés, los que más han hecho disfrutar al espectador y los que todos esperaban en la gran final del próximo domingo.
Pero sólo uno podrá jugar por el oro. Al perdedor le quedará el consuelo de luchar por el bronce contra el equipo que salga derrotado de la otra semifinal, en la que se enfrentan Grecia, campeón de Europa, y Estados Unidos (9.30 hora española). Pero la meta, la ambición y el deseo de ambos apunta hacia el metal dorado, hacia el partido que otras veinte selecciones, otros 240 jugadores ya fuera del camino al podio, han imaginado mil y una veces desde que pusieron los pies en el país del Sol Naciente. Hacia la final del Mundial.
Argentina la conoce. Actualmente ostenta el subcampeonato después de perder por un punto ante Serbia en la última final, en Indianápolis 2002. Una decisión arbitral en la acción que clausuró el partido situó al combinado suramericano en el segundo escalón mundial. En 1950, en la primera edición del campeonato, se colgó el oro. Entonces, sin grupos en la primera fase tal y como hoy se juega el torneo, se impuso a Egipto (68-33), Estados Unidos (64-50), Brasil (40-35), Chile (62-41) y Francia (66-41), para acabar invicta y campeona del mítico pabellón 'Luna Park', cuyo nombre ha quedado inscrito a fuego en la historia de la canasta albiceleste.
España nunca ha subido tan alto, y ahora está ante su gran oportunidad para conseguirlo. Los antecedentes más próximos le favorecen. Pero sólo es un dato porque los números valdrán de muy poco en el Saitama Super Arena. Ambas selecciones se conocen a la perfección. Todos esperan un partido apretado, de buen baloncesto, alta exigencia física y un marcador final con una diferencia corta. Los lazos entre el baloncesto de España y el de Argentina se extienden desde las excelentes relaciones de ambas federaciones nacionales hasta la participación de varios integrantes del equipo dirigido por Sergio Hernández en clubes de la máxima categoría del baloncesto español (Liga ACB) y de la siguiente competición (LEB -Liga Española de Baloncesto-).
Luis Scola, después de foguearse en el Gijón Baloncesto, es uno de los puntales del Tau Cerámica, en el que durante unas cuantas temporadas ha sido compañero de Fabricio Oberto, ahora en los San Antonio Spurs y antes en el cuadro de Vitoria y en el Pamesa Valencia. Pablo Prigioni, ex de Fuenlabrada y Etosa Alicante, ha sido el jugador más valioso de la última Copa del Rey disputada en Madrid en una excelente conexión con Scola que dio el título al equipo vasco.
Walter Herrmann pasó por el Fuenlabrada y acaba de dejar el Unicaja para iniciar la aventura en la NBA; Carlos Delfino ha estado en la agenda de varios equipos, entre ellos el Real Madrid, sin llegar a culminar su fichaje; Leonardo Gutiérrez ha jugado en el Prohaci Mallorca; Gabi Fernández ha defendido al Tau, al Fórum Valladolid y al Lleida; Andrés Nocioni saltó del Tau a los Chicago Bulls y tuvo una corta experiencia en Manresa; mientras que Juan 'Pepe' Sánchez continúa en Málaga y dirigió el juego del Etosa Alicante. Al frente del banquillo argentino también trabaja un hombre que conoce el baloncesto español porque Sergio 'La Oveja' Hernández entrenó en el Cantabria Lobos. Por tanto, la semifinal de Japón 2006 es un enfrentamiento de antiguos compañeros de equipos, de rivales que se conocen mucho más allá de la cancha, de amigos.
España y Argentina han recorrido la senda hasta el mundial japonés de la mano. Jugaron dos amistosos de preparación previos, uno en Madrid y otro en Singapur, saldados con sendas victorias para el conjunto que adiestra 'Pepu' Hernández (79-67 y 87-66). También ha resuelto en octavos y en cuartos de final con la misma autoridad. Argentina, actual subcampeona del mundo y campeona olímpica, desbordó a Nueva Zelanda en octavos (79-62) y a Turquía en el segundo la tanda de cuartos (83-58). España apeó en octavos a Serbia y Montenegro (87-75) y cerró una contundente victoria sobre Lituania (89-67) antes de plantarse en esta semifinal.