Esta intervención del candidato fue aplaudida y acogida con sonrisas por los asistentes, entre los que se encontraba Pasqual Maragall, actual presidente de la Generalidad, junto con el consejero de Presidencia, Joaquim Nadal, casi todos los consejeros, así como dirigentes socialistas y empresarios catalanes. Montilla recalcó que su proyecto es "de catalanismo social, que sigue la estela trazada por Pasqual Maragall".
La conferencia se basó en su reivindicación como catalán en la defensa de los derechos y deberes de los nuevos inmigrantes, así como en la necesidad de impulsar políticas sociales sin recortar el Estado del Bienestar, pretensión que atribuyó a la derecha. El candidato dijo que "la nación catalana asegura su futuro con un patriotismo basado en derechos y deberes", y defendió la igualdad de oportunidades. Recordó que él, cordobés emigrado a Cataluña, plantó allí sus "raíces" y dijo que la identidad catalana se caracteriza por el "respeto a la diversidad" y el compromiso de preservar un legado "histórico, lingüístico y cultural". No obstante, Montilla admitió la necesidad de "limitar" los flujos de inmigrantes y de fomentar una inmigración "regulada", incluida la contratación en origen.
Asimismo, definió a Cataluña como "fábrica de catalanes", incluidos los no nacidos en ella. Se mostró "orgulloso" de ser catalán, citó a los poetas Espriu y Martí i Pol, y prometió luchar por derechos sociales, pero también por deberes, "como el de conocer y defender" la cultura catalana.
Montilla ensalzó el nuevo Estatuto catalán, que da "todos los instrumentos" para dar "un gran salto", pero advirtió de que la "mejor garantía" para el "correcto" despliegue estatutario es mantener el "buen entendimiento" con el Gobierno central, que, según dijo, es lo que posibilitó la nueva norma. Montilla reiteró que "se han acabado los tiempos en que la culpa de todos los males la tenían los otros" y advirtió de que la "relación fraternal con los pueblos de España" es la "mejor garantía" para el autogobierno y el progreso de Cataluña.
Asimismo, se declaró dispuesto a "aprovechar no sólo todos los recursos que se deriven de los acuerdos estatutarios con el Estado, sino nuestra propia autonomía de gastos para hacer posible que el déficit de infraestructuras y los peajes se vayan reduciendo de forma continua". Montilla dijo que las leyes electoral y de organización territorial catalana se podrán aprobar durante la próxima legislatura y criticó a la oposición señalando que son leyes "que algunos nunca han querido".
Cinco promesas
El también dirigente del PSC hizo cinco promesas concretas sobre su actitud de gobierno: "rigor y honestidad absoluta" en la gestión de los recursos, por su parte y la de sus colaboradores; evaluar "regularmente" sus políticas ante el Parlamento catalán y ante la prensa; diálogo "constante" con todo partido "democráticos, organización social y representante ciudadano; colaboración "leal" con las instituciones; y que "prevalezca" el interés ciudadano en toda decisión.
El candidato aprovechó su conferencia para arremeter contra su "principal adversario" electoral, del que dijo que "no sabe" encontrar diferencias entre derechas e izquierdas, ya que, para Artur Mas (CiU), "es lo mismo" apoyar la investidura del ya ex presidente José María Aznar o no hacerlo, y apoyar el trasvase del Ebro o no. De hecho, según él, en las elecciones catalanas se decidirá un Estatuto y unas políticas públicas en sentido conservador o progresista.