L D (EFE) En su intento por recuperar el poder, el futuro primer ministro ha tenido que renunciar a exigencias tradicionales de su partido, como la bajada significativa de los impuestos, y abrazar con algunos matices el modelo de bienestar social para construir lo que él llama "Los nuevos moderados" o "El nuevo partido obrero de Suecia".
Nacido en Oesterhanninge, a las afueras de Estocolmo, este licenciado en Economía ingresó a los 18 años en las Juventudes del Partido Moderado, a cuya presidencia accedió nueve después. Un año antes, en 1991, entró en el Parlamento, donde se convirtió en azote del Estado del Bienestar. Tras la derrota electoral de 1994, Reinfeldt pasó a cuestionar abiertamente al ex primer ministro conservador Carl Bildt y a su equipo, como quedó plasmado en su libro "Nostalgitrippen" (El viaje nostálgico), lo que le valió una severa reprimenda y un ostracismo que se prolongó casi un lustro.
La elección de Bo Lundgren como líder del partido en 1999 le permitió recuperar protagonismo, más aún tras la debacle de 2002, que posibilitó su elección como líder del grupo parlamentario y de portavoz en temas económicos. La dimisión de Lundgren le dejó abierto el camino a la presidencia del Partido Moderado, donde tres años después su liderazgo es incuestionable.
Casado con Filippa, alcaldesa conservadora en Taeby, al norte de Estocolmo, Reinfeldt se ha labrado una imagen de líder humilde, correcto, educado y que sabe escuchar, aunque algo frío e impersonal, según sus críticos. Una de ellas, la socialdemócrata Mona Sahlin, ministra de Medio Ambiente, le puso el apodo de "El Jabón" por su habilidad para sortear las preguntas comprometidas.