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El Estudiantes frustra el intento de reacción del Barcelona y le endosa una dolorosa derrota (94-84)

La gran actuación de William McDonald y Pancho Jasen ha dado al traste con lo que llevaba camino de convertirse en la segunda victoria en Liga ACB del Barcelona, un equipo que se ha marchado del Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid con un nuevo revés. Los de Dusko Ivanovic fueron por delante en el marcador durante tres cuartos, pero la reacción de los del Ramiro de Maeztu tras el descanso fue premonitoria del resultado final. Los hombres de Pedro Martínez logran así su tercer triunfo del año, mientras que su rival sólo tiene uno y sigue instalado en la parte baja de la clasificación.

La gran actuación de William McDonald y Pancho Jasen ha dado al traste con lo que llevaba camino de convertirse en la segunda victoria en Liga ACB del Barcelona, un equipo que se ha marchado del Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid con un nuevo revés. Los de Dusko Ivanovic fueron por delante en el marcador durante tres cuartos, pero la reacción de los del Ramiro de Maeztu tras el descanso fue premonitoria del resultado final. Los hombres de Pedro Martínez logran así su tercer triunfo del año, mientras que su rival sólo tiene uno y sigue instalado en la parte baja de la clasificación.
L D (EFE) El equipo del Ramiro de Maeztu es, esta temporada, muy parecido a la gran mayoría de las plantillas de la ACB. La tradicional vocación de cantera del club de la calle Serrano ha abierto un paréntesis. Ver a este Estudiantes es una experiencia similar a la que puede tener un aficionado del Caja San Fernando, del Murcia o del Gran Canaria. El punto de distinción lo pone la peculiar forma de ser que tiene. El cinco titular colegial integra a un único jugador cien por cien nacional (Gonzalo Martínez) y la nómina de Pedro Martínez, ensamblada en momentos de rigor económico, ha difuminado parte de la característica personalidad de la formación madrileña. Eso sí, el técnico catalán maneja un colectivo que no ha perdido su inquebrantable carácter.

La diferencia actual, al menos sobre el papel, entre el Estudiantes y el Barcelona es notable. Da igual que el cuadro del montenegrino Dusko Ivanovic no haya terminado de despegar. En las oficinas del Palau Blaugrana Zoran Savic ha firmado contratos con menos miramientos por el euro que en las del Polideportivo Magariños. El Barcelona dispone de un arsenal envidiable. Si consigue coger altura de crucero, que es lo lógico, puede que antes o puede que después, estaremos ante un equipo temible. Tiene de todo. Quizá haya urgencias por el inusual arranque liguero que atraviesa, pero Ivanovic maneja un manantial de baloncesto.

Con los motores en rodaje y sin Juan Carlos Navarro, lesionado frente al Pamesa Valencia, el Barcelona pudo decantar el triunfo de su lado (48-58), pero terminó por ceder ante el incesante acoso rival. Nunca pudo sacudírselo. Ni con los marcadores más desequilibrado. El Estudiantes vadeó el primer cuarto apoyado en un buen equilibrio interior-exterior y, después, jugó con el aliento en la nuca del Barca hasta que dio la vuelta al resultado (79-78 m.35) y puso tierra de por medio (86-80 (m.39).

Dentro de la pintura McDonald y Martínez en el perímetro nutrieron un ataque que dio respuesta a la mayor cantidad de posibilidades ofensivas del Barca en los minutos de igualdad. Luego, cuando el Barcelona ya había tomado la delantera, resurgió para discutir el triunfo. El 18-18 del minuto siete marcó el comienzo de la escapada azulgrana. El italiano Denis Marconato y el esloveno Jaka Lakovic encauzaron el arranque de un Barcelona que, con el aval del pívot y del base, capitalizó el partido en cuando empezó a añadir la producción de otros efectivos frente al aro madrileño.

Los colegiales se quedaban cortos con el trabajo desplegado en defensa. Los problemas se les planteaban a la hora de encontrar la canasta contraria. Iker Iturbe retrasó el despegue definitivo del bloque barcelonés con dos triples en los albores del segundo cuarto (26-29 m.12), pero las complicaciones locales para circular el balón ya señales de vida. Pedro Martínez trató de desencasquillar el juego a través de rotaciones en los exteriores. Buscaba dirección y fluidez, por momentos con dos bases, pero no lo logró. Y eso, en un choque de guante blanco (seis faltas entre los dos equipos en dieciséis minutos).

No es que el Barcelona rompiera el encuentro, que nunca lo hizo -marcó una diferencia máxima de trece puntos (38-51)-, sino que asumió la voz cantante. Un parcial de 3-16 (34-47) en los prolegómenos del intermedio le lanzó. Sin embargo, en el tercer cuarto bajó el pistón, o lo subió el cuadro colegial, y le costó la tercera derrota de la campaña en cuatro jornadas. Un triple del estadounidense Marlon Garnett a falta de cinco minutos volteó el choque (79-78) y hundió al Barcelona, que ya no tuvo soluciones y fuerza mental para remontar.

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